La Eurocámara ve "muy difícil" llegar a un acuerdo sobre la supervisión bancaria en la presidencia española
La Eurocámara ve "muy difícil" llegar a un acuerdo con los Gobiernos de los 27 sobre la reforma del sistema de supervisión bancaria de la UE durante la presidencia española, que concluye la semana que viene, y duda incluso de que sea posible alcanzar un compromiso teniendo en cuenta las profundas diferencias entre los dos bandos, según explicó hoy el ponente parlamentario, el popular José Manuel García-Margallo.
"No hay acuerdo y es muy difícil que lo haya", aseguró García-Margallo en un encuentro con periodistas. Los representantes del Parlamento Europeo se reunirán este jueves con la presidencia española y celebrarán un último encuentro el próximo lunes. Si no se alcanza un compromiso en primera lectura el lunes, la Eurocámara votará sus propias enmiendas a la reforma en el pleno que se celebrará entre el 5 y el 9 de julio.
La reforma, que fue pactada por los Veintisiete en diciembre, creará tres nuevas autoridades europeas de supervisión (bancaria, bursátil y de seguros), que tendrán poderes de mediación cuando haya discrepancias entre los reguladores nacionales de los países en los que opera una entidad transfronteriza. El objetivo es evitar que se repitan nuevas crisis financieras. Reino Unido, que no quiere ceder poderes a autoridades europeas, levantó sus reservas tras obtener un mecanismo de salvaguarda que le permitirá apelar ante una instancia política, el Ecofin, las decisiones que le perjudiquen.
Sin embargo, la Eurocámara, que tiene poderes legislativos en la materia, quiere reforzar los poderes de estas autoridades. En primer lugar, propone que la autoridad bancaria se encargue de supervisar directamente a aquellas entidades cuya quiebra ponga en riesgo todo el sistema financiero (too big to fail). También quiere que tenga poderes para prohibir temporalmente operaciones que amenacen la estabilidad financiera, como las ventas a corto.
Finalmente, el Parlamento reclama crear dos nuevos fondos, un fondo de garantía de depósitos y un fondo de rescate de bancos, que serán financiados por las propias instituciones en función de los riesgos que asuman, para evitar que sean los contribuyentes los que deban cargar con el coste de las crisis financieras.
García-Margallo explicó que estas son las líneas rojas de la Eurocámara y que "la pelota está ahora en el Consejo". "Nosotros ya hemos cedido", alegó. Si los Gobiernos no cambian de postura "no habrá nada". "Si cedemos ahora, no habrá mercado financiero europeo", insistió.
El eurodiputado del PP cree que a la presidencia española "le gustaría moverse" y acercarse a las posturas de la Eurocámara "pero se encuentran con el bloqueo de Reino Unido y no son capaces de romper ese bloqueo". Fuentes diplomáticas británicas confirmaron que Londres no aceptará ir más allá del acuerdo de diciembre ni ceder nuevos poderes a autoridades europeas de supervisión.
"Claro que hay que ceder soberanía. No tiene sentido que haya 'hedge funds' que actúen como si no hubiera fronteras en la UE y que los supervisores se paren en las fronteras nacionales", alegó el eurodiputado del PP.
La Eurocámara enviará sus últimas propuestas de compromiso a la cumbre del G-20 que se celebra este fin de semana en Toronto y donde se podría fraguar un principio de acuerdo porque estarán presentes los jefes de Gobierno de España, Reino Unido, Alemania y Francia. Si el lunes se constata que el acuerdo es posible, la votación en plenario se aplazaría a septiembre.
En caso contrario, el Parlamento votará su postura en primera lectura, lo que alargará las negociaciones al menos varios meses y pondrá en riesgo el objetivo de que las nuevas autoridades empiecen a trabajar en 2011. La falta de acuerdo sería un "mal mensaje para los mercados", admitió García-Margallo.