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Innovación

Flotas 'verdes', una forma eficaz de reducir los gastos de las empresas

Endesa, NH Hoteles, Mercadona y Telepizza ahorran combustible con vehículos más eficientes.

El éxito de cualquier apuesta de cambio en una sociedad, mal que nos pese, tiene que contar, casi siempre, con el apoyo de las empresas; y la implantación de los vehículos verdes en España no iba a ser una excepción. Suelen ser las primeras en ponerse las pilas afrontando inversiones, máxime cuando los cambios, además, pueden ayudar a reducir su factura de gastos en un capítulo tan oneroso para algunas compañías como es el transporte.

æpermil;ste es el principal estímulo que está incitando a la renovación de las flotas de algunas empresas españolas por vehículos más eficientes para su red comercial, el equipo directivo o incluso el transporte de mercancías. No es para menos, comenta Stéfano Berlenghi, director de nuevos mercados de la empresa de renting Arval, del grupo BNP Paribas. El transporte constituye "el segundo gasto de muchas empresas, después de los salarios".

En cualquier caso, la apuesta por vehículos más ecológicos, que ayudan, de paso, a reducir las emisiones de CO2 a la atmósfera a causa de un menor consumo de combustible, ya es una realidad. Por una u otra razón, o ambas, empresas como Endesa, Mercadona, NH Hoteles, Ikea y hasta Telepizza, que ha empezado a utilizar bicicletas eléctricas para el reparto de sus productos, están ya inmersas en el cambio. Una novedad que, de momento, se reduce a la incorporación de vehículos que emitan menos de 120 gramos de CO2 a la atmósfera (exentos del impuesto de matriculación) y los híbridos, los únicos modelos actualmente en el mercado. Los eléctricos "todavía son un proyecto", según asegura Berlenghi.

Endesa ha sido una de las primeras compañías en incorporar vehículos híbridos a su flota. Los resultados están siendo positivos, a juicio de las aseveraciones de Jesús Sanz, responsable de servicios generales de la firma: "Ha sido un acierto; además de evitar la emisión anual de 400 toneladas de CO2, hemos conseguido ahorros al reducir el consumo de combustible en un 14%".

Los planes de la compañía son que en los próximos años toda la flota sea verde, compuesta tanto de vehículos híbridos como eléctricos, en la medida que vayan saliendo al mercado, señala Sanz.

En Mercadona también se han puesto las pilas, entre otras cosas para adaptarse a las medidas propuestas por la UE, para reducir la emisión de gases. Desde el año pasado esta empresa, con el apoyo de su proveedor actual de transporte, Acotral, está inmersa en la renovación de su flota con vehículos (camiones) con motores más eficientes. La iniciativa, que contempla la incorporación de más de 300 vehículos antes de que acabe el año, reducirá un 20% sus emisiones de CO2, según han previsto en la entidad.

Pero esta iniciativa no es la única. Mercadona, paralelamente, está sopesando otras alternativas, como es la introducción de camiones impulsados por gas, con los que ya está realizando pruebas. Hasta el momento, este sistema de alimentación sólo se ha utilizado en vehículos destinados al servicio público.

La cadena hotelera NH Hoteles también ha redefinido su política medioambiental en cuanto a la flota de vehículos de sus directivos. La sustitución de más de 300 coches por otros modelos más eficientes (Eco, de la firma Volvo) prevé reducir las emisiones en 1.313 toneladas de CO2 en los próximos tres años, según han asegurado en la entidad.

A partir de ahora, los próximos dos años serán claves para determinar la implantación definitiva de los coches eléctricos en las empresas. Las perspectivas, aunque menos optimistas que en otros países de Europa, no son desalentadoras. Según un estudio realizado por Arval, dos de cada diez entidades prevé incorporar estos vehículos antes de 2012 (el doble en Europa).

Serán las corporaciones más grandes (junto a las Administraciones públicas), las que empiecen a introducir los primeros vehículos de este tipo, según el sector, pero los fabricantes de coches aún tienen que resolver inconvenientes como la escasa autonomía de los vehículos, la falta de puntos de recarga (sólo el 25% de automovilistas tiene garaje), el precio (el 58% lo considera elevado) y la ausencia de talleres para reparar esta tecnología.

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