Urbanita busca productos y servicios 'bio'
Gran cantidad de los artículos y prestaciones que la población de las ciudades consume a diario se elaboran cuidando la biodiversidad.
Que la naturaleza crea empleo es una realidad que poco a poco empieza a entrar en el debate sobre la necesidad de avanzar hacia la creación de un modelo productivo más sostenible. El informe sobre empleo verde realizado por la Fundación Biodiversidad y el Observatorio de Sostenibilidad de España (OSE), el primero que analiza en profundidad las oportunidades que ofrece la naturaleza como cantera de riqueza, arroja que en los últimos diez años la plantilla relacionada con el medio ambiente ha crecido un 235%.
Gestión de residuos, agricultura y ganadería ecológicas, turismo sostenible, gestión forestal y un largo etcétera de puestos de trabajo que tienen que ver directamente con la protección de la diversidad biológica.
Las voces que desde distintas instituciones, entre ellas la Comisión Europea, defienden la relación vital entre naturaleza e individuo no logran que su mensaje cale. Entre otras razones, quizá porque en los entornos urbanos, donde se concentra con fuerza la población mundial, no se presta atención a que los productos y bienes de los que disfrutan proceden en gran medida de la naturaleza.
Fruto del esfuerzo por aliar la protección de la diversidad biológica y la creación de riqueza y empleo es el proyecto Lonxanet. Cada día, esta cooperativa, formada por las cofradías de pescadores de Lira, en Galicia, distribuye pescado de esta bahía protegida a toda España sin intermediarios.
La iniciativa nació, precisamente, de un desastre ecológico, el Prestige. Los pescadores comprendieron que debían cuidar el sector que les proporcionaba empleo. Con ayuda de varias organizaciones ecologistas crearon una reserva marina y prohibieron la pesca para permitir que el mar se regenerara. Lonxanet sólo comercializa pescado de temporada, por teléfono, internet y en el, por ahora, único puesto físico, en el Mercado de San Miguel de Madrid.
Asimismo, el impulso de la Fundación Biodiversidad por formar a profesionales de diversos sectores relacionados con el medio ambiente ha propiciado nuevas iniciativas empresariales que logran la creación de empleo gracias a la protección de la biodiversidad. Es el caso de la empresa de venta de productos ecológicos por internet www.verding.es. A Alberto Fernández, fundador de la compañía, se le ocurrió la idea tras ser alumno de las primeras jornadas del salón Biocultura, organizadas por la asociación Vida Sana dentro de un proyecto ejecutado en colaboración con la Fundación Biodiversidad. Verding es el resultado del programa Empleaverde de esta institución, cofinanciado por el Fondo Social Europeo y que empieza a dar sus frutos, con la creación de múltiples proyectos empresariales relacionados con la protección de la biodiversidad.
El consumidor podrá encontrar en Verding ropa, productos de belleza, limpieza y decoración ecológicos, y adquirirlos vía internet en toda España.
La agricultura y la ganadería sin aditivos químicos son las dos actividades por excelencia que surgen de la protección de la biodiversidad y que empiezan a ganar mercado en la ciudad. Pese a que registran mayores dificultades en la distribución, cada vez aparecen más iniciativas de este tipo.
El Huerto de Tito, en Granada, es una de las recién llegadas, de la mano de los programas de formación de Empleaverde. Su creador, Juan Francisco Romero, se lanzó después de realizar cursos online de agricultura y ganadería ecológicas, de control biológico, de huertos para educar y de dinamización de huerto urbano.
¿Y el vino? Si durante largo tiempo la viticultura ecológica ha sido la hermana pobre del auge de la economía de la biodiversidad, cada vez surgen más proyectos de viñedos verdes.
La empresa Dominio do Bibei de Orense está en pleno proceso de transformación de su actividad hacia criterios ecológicos a raíz de su participación en las acciones que organiza el proyecto Ecoemprende del Concello de Ourense, en colaboración con la Fundación Biodiversidad.
Una reconversión parecida ha sufrido el cocinero Gerson Ribal. Después de realizar un curso de conservas, cocina, ganadería, distribución y creación de empresas de artesanía online alimentaria, ha montado un proyecto de comercialización por internet, a través del cual vende frutas y hortalizas, además de incorporar productos ecológicos propios del huerto al restaurante que ya tenía (www.latacaverda.blogspot.com).
El turismo sostenible también gana adeptos en la urbe. El proyecto Vías Verdes de Renfe recupera sendas de tren desafectadas en toda España para fomentar el senderismo en esos espacios naturales.
La empresa Ecoaltea, de turismo, se dedica, entre otras actividades, al mantenimiento de la Vía Verde de la Jara, en Toledo, a raíz de una incorporación del proyecto dentro de Vías Verdes de Ferrocarriles Españoles.
El protagonista
De la oficina a la huertaGabor Smith trabajaba en el Instituto Roger de Lluria, dedicado a la dietética desde un punto de vista ecológico y naturista. La escuela de este centro forma a profesionales sanitarios desde hace 30 años. Gabor Smith, después de realizar un curso de cocina con alimentos ecológicos presencial y online, y otro de conservas y huertos dentro del proyecto Plataforma de Formación y Asesoramiento realizado por la Asociación Vida Sana, ha pasado a trabajar en la oficina, a coordinar la programación de cursos y, sobre todo, a dar clases de cocina. Esta asociación organiza anualmente el evento Biocultura en Madrid y Barcelona.