Crecen los seguidores de la 'baja tecnología'
'Pinballs', Polaroid y videojuegos se suman al culto por los vinilos para recuperar placeres de hace décadas.
Hay quien necesita un iPad y quien prefiere sus discos de vinilo. Mientras la tecnología nos invade con novedades en ocasiones difíciles de seguir, se hacen fuertes los románticos que se mantienen fieles a amores de juventud, y pujan por material que no pudieron conseguir antes en los florecientes mercados de segunda mano. Los amantes de la tecnología obsoleta han encontrado en internet su medio de contacto y un refuerzo para considerarse parte de comunidades, y no anomalías.
El caso del vinilo es el más conocido. Grupos importantes como U2 o Coldplay exigen por contrato desde hace años que sus nuevos trabajos se publiquen también en ese formato en teoría obsoleto, y ahora existen casas especializadas que sólo trabajan con los viejos LP. Las ventas en ese formato crecieron el año pasado -dentro de términos modestos- mientras las del CD seguían cayendo.
No es un caso único. La pasada semana se celebró en Madrid un campeonato de pinball en el que participaron jugadores de todo el país, aunque sólo se admitieron 60 inscripciones de jugadores "expertos" para evitar las aglomeraciones. Pablo Crespo, su organizador, cuenta con una colección de unas 140 máquinas que ha ido comprando en los últimos seis años.
"El precio medio anda por los 750 euros, hablando de máquinas en las que siempre hay que hacer alguna pequeña reparación. Tengo amigos que las encuentran más baratas en pueblos, y luego son mañosos para reconstruirlas por completo", explica Crespo.
La máquina más cotizada de la historia, Medieval Madness, de la que apenas se produjeron 1.500 ejemplares en 1994, ha llegado a venderse por más de 10.000 dólares. Aunque el récord absoluto se dio para otra de la que sólo se conoce un ejemplar y que se vendió en subasta por 50.000 dólares. España fue, después de Estados Unidos, el país más productor, aunque las creaciones de marcas populares en los recreativos de los setenta, como Petaco, Maresa o Recreativos Franco, tienen precios menores.
Pablo Crespo admite que prefiere esas máquinas a las estadounidenses "por su fabricación totalmente mecánica, sin elementos electrónicos. Abres una de ellas y su funcionamiento te parece casi mágico, todo son relés y ruedecitas ". Los aficionados a los pinballs, que se comunican a través de páginas web como petacos.com, son en su mayoría gente en torno a los 40 años, que conoció la edad de oro de estos juegos en su niñez.
También los videojuegos antiguos cuentan con miles de seguidores, como los que acuden cada año a la feria Retromadrid. Los precios de algunos también están ascendiendo: el récord actual de una subasta de Ebay es de 42.000 dólares (unos 35.000 euros) por una copia precintada de fábrica del Stadium Events para la consola Nintendo NES, un juego de 1986. Se estima, sin embargo, que un ejemplar en similar estado del videojuego oficial de Nintendo para el Mundial de 1990 podría duplicar esa cifra.
Los antiguos videojuegos de recreativos también tienen un precio muy elevado, aunque raramente aparecen a la venta porque no se han conservado en tan buen estado como los pinballs.
El amor por la tecnología obsoleta ha llegado también a la literatura y el cine con el género conocido como Steampunk, que concibe versiones alternativas del desarrollo tecnológico conocido para fantasear con máquinas alimentadas por mecanismos de vapor o cuerda. La estética victoriana es dominante en novelas como Las puertas de Anubis, de Tim Powers, o películas como Wild, Wild West.
Más opciones para amantes de la lomo
Los empleados de la fábrica Polaroid de Eschede, en Países Bajos, han decidido evitar que la tecnología que dio nombre a la marca desaparezca en el olvido. Pese a la decisión de Polaroid de dejar de fabricar carretes para fotos instantáneas, sigue existiendo un mercado al que los ex empleados de Polaroid llegan tras reinventar el proceso químico necesario para el revelado instantáneo, puesto que el ya existente es propiedad de la marca.De igual forma, los cientos de miles de seguidores de las cámaras fotográficas rusas conocidas como Lomo se han hecho cargo de la producción de nuevos modelos de esta marca, que tras la desaparición de la empresa original son ahora creados por la Sociedad Lomográfica Internacional y construidos en China. Esta semana presentaron su nueva creación: una cámara, la Spinner, que toma imágenes a 360 grados, con las mismas características de las lomos habituales: extrañas inflexiones de color, resultados siempre inesperados...En España se estima en decenas de miles el número de lomógrafos activos en foros y la web lomography.es, inspirados por un decálogo que incluye reglas como "lleva tu cámara siempre contigo" o "no pienses, sé rápido". Cristina Iglesias, devota lomógrafa desde hace cuatro años, destaca lo económico de esta afición -hay cámaras desde 40 euros- y el enganche que supone "sacar partido a fotos desenfocadas o desencuadradas, que pueden resultar una sorpresa".