Fitch alerta sobre el "formidable" desafío fiscal del Reino Unido
La agencia Moody's advierte que por primera vez "no resulta absurdo hablar del fin del euro"
La advertencia del primer ministro británico, David Cameron, sobre el ajuste "doloroso" que tendrán que soportar los ciudadanos británicos para reducir el ingente déficit fiscal (se situó en el 11,5% del PIB en 2009) tuvo ayer réplica por parte de la agencia de calificación Fitch, quién alertó sobre la magnitud del formidable "desafío fiscal" que deberá afrontar el país para volver a un déficit del 3%.
No obstante, decidió mantener la máxima calificación crediticia (AAA) con perspectiva estable ante la nueva estrategia de consolidación fiscal presentada por el Ejecutivo de Cameron, "que incluye una reducción del déficit a un ritmo más rápido del presentado en el presupuesto de abril". Esas nuevas previsiones se harán publicas el próximo 22 de junio durante la presentación de las nuevas cuentas públicas.
La decisión de Fitch de mantener la máxima nota a Reino Unido contrasta con la rebaja aplicada hace dos semanas a la calificación de España (de AAA a AA+) por las mayores dificultades que tendrá para retomar la senda de la recuperación. Esas dudas han provocado que la prima de riesgo con el bono alemán a diez años se haya disparado a máximos desde la creación de la zona euro. "El aumento de esa diferencia es un reflejo de la desconfianza que genera en los mercados las posibilidades de recuperación de la economía española", señaló ayer el director del área de Deuda Soberana de Moody's, Pierre Cailleteau.
La propagación de la crisis en la zona euro y el contagio a la mayoría de los países ha provocado, a juicio de Cailleteau, el replanteamiento de todos los postulados que provocaron la creación de una moneda única en 1999. "El proyecto del euro no está acabado, pero por primera vez no resulta absurdo poner sobre la mesa el fin de la moneda única", dijo ayer en un seminario organizado por el despacho de abogados Bird&Bird y la escuela de finanzas aplicadas AFI. Cailleteau aseguró que ahora se hace preciso abordar reformas, como por ejemplo en el ámbito fiscal, que se planteaban para dentro de 15 ó 20 años, así como abordar debates que plantearon hace diez años los euroescépticos, "tales como que sin un respaldo político fuerte no es posible una divisa fuerte, o que sencillamente, el euro no es una divisa óptima".