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Castigo a la economía europea

Los problemas de la Unión Europea hacen caer al euro a los 1,19 dólares

La moneda única retrocede un 20% desde los máximos de diciembre

El euro se acerca a la casilla de salida. La moneda europea perdió ayer la referencia de 1,19 dólares por unidad y llegó a cotizar a 1,1877, aunque luego se recuperó y se situó cerca de 1,194 dólares. La divisa comunitaria cotiza a los niveles más bajos desde 2006, pero entonces la Bolsa estaba en apogeo y la confianza en el futuro era extrema, justo lo contrario que ahora.

El sainete húngaro, anticipando primero poco menos que una suspensión de pagos, para desdecirse luego rápidamente, ha añadido más leña al fuego, pese a que el país centroeuropeo está fuera de la moneda única. El euro acumula una caída del 20% desde los máximos de diciembre y en el horizonte comienza a vislumbrarse la posibilidad de que el cruce del euro caiga hasta el tipo de cambio que se fijó en su nacimiento: en el momento de fijar la conversión irrevocable (166,386 pesetas por euro), el tipo de cambio establecido fue de 1,1667 dólares por unidad; luego, el primer cruce en el mercado se hizo en Sydney, con una cotización de 1,1747 dólares. Ya en Europa, su primer cruce alcanzó los 1,1837 dólares. Ahora, la caída del euro aún no parece haber encontrado un suelo definitivo.

"No se puede descartar que el tipo de cambio llegue a 1,15 dólares", confirma Paul Mackel, estratega senior de divisas de HSBC. Esta entidad tiene, sin embargo, una visión bastante más optimista que el consenso de mercado. "El euro se está acercando a niveles en los que podría estar significativamente infravalorado respecto al dólar", advierte Mackel. "Hay una preocupación enorme sobre la deuda pública y sobre las posibilidades de crecimiento de la economía y el dólar se ha convertido en el principal beneficiario de toda esta situación. Pero la mala situación de las finanzas públicas es igual de negativa en EE UU. Nuestra opinión es que se está buscando cualquier oportunidad para vender euros. Pero cuando la atención deje de centrarse sólo en un lado de la moneda, el dólar podría empezar a debilitarse", concluye el estratega de HSBC.

El tipo de cambio fijado en el nacimiento de la divisa fue de 1,1667 dólares

Los países de la zona euro tienen que lidiar con una deuda pública de unos siete billones de euros, siete veces el PIB de España. El temor a que alguna de las economías más débiles incurriera en una suspensión de pagos se acrecentó cuando Grecia reconoció en noviembre pasado que las cuentas públicas estaban mucho más deterioradas de lo que había reconocido el anterior Gobierno. Luego el miedo se extendió a España y Portugal. Finalmente, la UE blindó en mayo la moneda con un programa de 750.000 millones de euros, una parte del cual precisamente está siendo ahora examinado en Bruselas. La contrapartida son los planes de fuerte austeridad fiscal exigidos no sólo a España, Portugal y Grecia, sino que también pondrán en marcha el resto de países. Paradójicamente, esas medidas redundarán en un crecimiento más débil.

"Los movimientos que afectan al euro son los mismos que afectan a la Bolsa o los bonos, pura desconfianza y volatilidad", valora Mercedes Camacho, de Omega IGF, que recuerda la ventaja que tiene EE UU al tener una política monetaria y fiscal única, al contrario que la UE, donde sólo está armonizada la política monetaria. Camacho considera que el tipo de cambio más apropiado debería aproximarse a 1,25-1,3 dólares, pero esta experta reconoce que "a corto plazo, el escenario para el euro sigue siendo muy negativo".

El 1 de enero de 2002, el entonces ministro de Economía, Rodrigo Rato, acudía de buena mañana a un cajero de Lleida a sacar billetes de euro y animaba a los ciudadanos a sumergirse en la moneda "lo antes posible". El euro entraba en circulación para el público. Eran tiempos de entusiasmo que ahora quedan muy lejos.

El enredo húngaro que crispa los nervios

¿Qué ocurre en Hungría? Miembros del recién estrenado Gobierno húngaro sembraron el pánico en Europa el jueves pasado al sugerir que las cuentas públicas estaban falseadas y que la situación era "muy grave". El gabinete de crisis reunido de emergencia el sábado rectificó tales declaraciones y ayer, el ministro de Economía, Gyorgy Matolscy, afirmaba que no sería necesario "aplicar nuevas medidas de austeridad". La sombra de la duda queda sembrada."Claramente han dañado su propia credibilidad. Intentaron lanzar un mensaje en clave interna, pero causaron un enorme perjuicio en un momento en el que cualquier noticia que cuestione la economía europea es muy mal recibida y crea un efecto contagio inmediato", valora Nigel Rendell, de RBC (Royal Bank of Canada).El objetivo oficial es alcanzar un déficit público del 3,8%, después de haber logrado reducir este desequilibrio en cinco puntos porcentuales a lo largo de los últimos dos años y haber cerrado 2009 en el 4%. Lo que ocurrió el jueves a última hora fue que algunos miembros del Ejecutivo dijeron que el déficit llegaría en realidad al 7%-7,5%, debido a "los cadáveres en el armario" que había dejado el Gobierno anterior. Ahora, tanto desde la UE como desde Budapest se insiste en que los riesgos de un default son más que exagerados.

El papel de las instituciones

La Reserva Federal: La autoridad monetaria de EE UU fue la más agresiva y rápida a la hora de rebajar los tipos de interés (están en una horquilla entre el 0% y el 0,25%) y hacer inyecciones de liquidez para desbloquear los mercados de crédito. La actividad económica está dando signos de recuperación en EE UU desde hace tiempo, pero históricamente la Fed nunca ha subido los tipos hasta que no se consolida la mejoría del empleo.El FMI: El organismo multilateral ha sido requerido por la UE para cooperar en el plan de rescate de Grecia, dada su experiencia en estas lides. El FMI ha urgido a los Gobiernos de la zona euro a que tomen una "acción decisiva" para asegurar que la crisis de deuda no hace descarrilar la integración monetaria. El FMI ha subrayado que el nivel de tipos al 1% es apropiado porque no hay riesgos inflacionarios para los próximos dos años.El BCE: El banco central mantiene los tipos de interés en el 1%, lo que ha permitido relajar las presiones en el mercado interbancario, donde el euríbor a 12 meses, al que están referenciadas la inmensa mayoría de las hipotecas a tipo variable, se mantiene por debajo del 1,3%. Hace un año, el euríbor estaba cerca del 1,7%, pero la acción del BCE propició un rápido descenso. El interés interbancario cerró ayer a 1,268%.

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