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Urbanismo sostenible

Hacia una ciudad sin barrios fantasmas

Vivienda presenta el barómetro de la Sostenibilidad Urbanística

Valdeluz, a 10 kilómetros de Guadalajara, donde se proyectaron 10.000 casas y se terminaron poco más de 2.000.
Valdeluz, a 10 kilómetros de Guadalajara, donde se proyectaron 10.000 casas y se terminaron poco más de 2.000.Cinco Días

En la ciudad en la que usted reside debe desplazarse en coche o en transporte público para acudir a los principales equipamientos (colegios, centros deportivos, ambulatorios)? ¿Considera que su barrio respeta el paisaje o entorno natural que le rodea? ¿Están todos los edificios públicos de su entorno en pleno uso? Si ha contestado afirmativamente a la primera pregunta y con un no rotundo a las otras dos, está claro: su ciudad no es sostenible. No fomenta la cohesión social y, por supuesto, no contribuye a tener una buena calidad de vida.

Lo más preocupante es que en los años del pasado boom inmobiliario demasiadas localidades españolas, tanto del interior como de la costa, han crecido de manera desmesurada, sin apenas lógica, convirtiéndose en lo que los expertos denominan ciudades dispersas o difusas, con el alto coste económico y medioambiental que ello conlleva.

Así, se convirtió en algo habitual, ver edificar en tiempo récord nuevos barrios con muchos metros cúbicos de hormigón sobre antiguos cinturones verdes y áreas residenciales o de servicio con escasa densidad de población. Las casas de esos nuevos desarrollos se terminaban en apenas 18 meses, mientras que las dotaciones de transporte, educación o sanitarias en algunos de ellos aún se las espera. Se trata de auténticas barriadas fantasma, donde todos sus ciudadanos se trasladan masivamente en vehículo privado y con escasa actividad en la calle. Aún recientes están en la retina los macroproyectos de Seseña (Toledo) o Valdeluz (Guadalajara), entre otros.

Ineficiencia económica

Pues bien, el Libro Blanco de la Sostenibilidad en el Planeamiento Urbanístico Español que acaba de presentar la ministra de Vivienda, Beatriz Corredor, y el presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), Pedro Castro, pone negro sobre blanco esta realidad y ofrece un decálogo con propuestas clave para reducir esa insostenibilidad. Se trata de un documento sin precedentes, ya que no sólo realiza un diagnóstico de la situación que atraviesa el urbanismo español; sino que plantea estrategias para hacer posible otro modelo de ciudad, defienden desde el Gobierno.

Y es que la Unión Europea lleva años insistiendo en la propuesta de un modelo de ciudad europea compacta, advirtiendo de los graves inconvenientes de la urbanización difusa o desordenada. Entre ellos, el grave impacto ambiental, la segregación social, la ineficiencia económica derivada de los elevados costes energéticos, de construcción y de mantenimiento de las ingentes infraestructuras y de prestación de los servicios públicos.

Reurbanizar

"Lo idóneo es poder recorrer a pie las distancias que nos separan de los colegios, los centros de salud, la biblioteca municipal o los comercios. Por eso, hagamos ciudades que lo permitan", asegura Pedro Castro. "Se trata de urbanizar mucho menos y reurbanizar, más y eso sólo lo conseguiremos apostando por la rehabilitación", defiende Beatriz Corredor.

Pero, ¿qué es una ciudad sostenible? También a dar respuesta a esta pregunta contribuye el citado libro blanco, ya que hasta ahora no existía un barómetro capaz de medir con criterios objetivos a qué se refieren los expertos cuando hablan de sostenibilidad.

Gracias a la labor desempeñada por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Madrid, cuyo departamento de Urbanística ha elaborado esta obra, se puede conocer que una ciudad sostenible debería empezar por preservar, mantener y proteger su capital natural.

Además, los municipios, que son quienes toman las decisiones sobre cómo quieren diseñar su crecimiento, deberían fomentar un uso más intensivo y eficiente del patrimonio construido, apostando por la diversidad, calidad y versatilidad de los espacios públicos. Es claramente ineficiente desde el punto de vista económico mantener edificios enteros cerrados porque se han quedado obsoletos para prestar un servicio público y se decida unas calles más abajo construir uno nuevo. Y en el ámbito del transporte, los expertos no dudan en dar un giro de 180 grados a las políticas actuales, tratando de reducir el tráfico motorizado privado, y potenciando el transporte público, mucho menos contaminante. Con estas estrategias, otra ciudad es posible.

Propuestas clave

Recomendaciones para un planeamiento equilibrado-Stock: utilizar una parte del excedente para aumentar la oferta de VPO. Incentivos a la rehabilitación.-Legislación: vincular la normativa urbanística a la ambiental.-Plazos: ampliar el horizonte de 8 y 10 años a periodos más largos para planificar las futuras urbes.-Participación: recuperar el interés de los ciudadanos por participar en el diseño de las ciudades.-Pacto: otro modelo para por un acuerdo entre las Administraciones.

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