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El nuevo panorama tributario

El 75% de las empresas llevará a los precios la subida del IVA

La mayor parte de las empresas (tres de cada cuatro) elevará los precios a partir de julio por la subida del IVA. Un 48,8% trasladará el aumento impositivo en su totalidad y otro 26,8% repercutirá sólo parte del alza fiscal al precio final, según una encuesta de las Cámaras de Comercio.

El aumento del IVA en julio impactará de lleno sobre la política de precios de las empresas. La mayoría trasladará total o parcialmente el alza fiscal a sus clientes. Sin embargo, un 24,4% de las compañías optará, al menos al principio, por mantener los precios. Eso significa que el aumento del IVA -el tipo general subirá del 16% al 18% y el reducido pasará del 7% al 8%- reducirá los beneficios empresariales o incrementará las pérdidas de estas compañías.

Optar por repercutir a precio el alza dependerá de la situación de cada compañía, de los márgenes con los que juegue y de si existe mucho o poca competencia en su sector. Según la encuesta elaborada por las Cámaras de Comercio a 5.148 empresas con al menos un trabajador, el 40% de las compañías de hostelería "mantendrán precios y asumirán la subida del IVA en los márgenes". Supone un porcentaje muy alto ya que dobla la media del total de encuestados.

En el resto de sectores analizados -industria, construcción, comercio y servicios- no se notan diferencias destacables y el 50% de las empresas de estas áreas trasladarán al consumidor el alza tributaria.

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Encuesta de las Cámaras respecto a la subida del IVA

El sector de la hostelería sufrirá las mayores pérdidas por el alza fiscal

Así, el aumento del IVA presionará el IPC al alza. El Gobierno, en el plan de estabilidad que remitió a principios de año a Bruselas señalaba que elevar el impuesto al 18% explicaría 0,4 puntos del IPC. Sin embargo, se trata de una estimación que ofrece muchos puntos de incertidumbre. Habrá que ver cómo reacciona la demanda ante el previsible incremento de precios.

En enero de 1992, cuando el Gobierno de Felipe González elevó el IVA del 12% al 13%, la inflación avanzó a un ritmo del 5%. Un nivel muy alto que, sin embargo, era parecido al de los meses anteriores al incremento. En 1995, cuando el gravamen se situó en el 16%, la inflación mensual alcanzó el 1%, muy por encima de los meses anteriores.

Como era de esperar, la inmensa mayoría de empresarios (un 92,4%) se muestra contrario a la subida del IVA. Sin embargo, de éstos, un 61,7% aceptaría la medida si se contrarrestara con una disminución proporcional de las cotizaciones sociales. Se trata de una vieja reclamación de CEOE y, también, de organizaciones como el Instituto de la Empresa Familiar. Las empresas del sector de la hostelería son las que más en contra se muestran de la medida (un 96,9%). Ello tiene lógica ya que son bares y restaurantes los negocios que menos capacidad tendrán para repercutir el aumento fiscal a precio y, por tanto, ello reducirá sus ganancias.

Un impuesto que nunca baja

Por otra parte, un 50,6% de los empresarios augura que el aumento fiscal conllevará una caída de la demanda. Además, aseguran que los consumidores no están adelantando sus comprar para evitar el impacto del aumento fiscal. Sin embargo, los datos de ejecución presupuestaria parece que no les dan la razón. Hasta abril, la recaudación por IVA aumentó un 13,6% respecto al primer cuatrimestre del año anterior.

En particular, las compras de coche y las ventas de casa se están recuperando por, entre otros motivos, la voluntad de los consumidores de sortear el incremento fiscal. Aun así, en el caso de los coches la revitalización de la demanda se debe al plan 2000E, que subvenciona la compra de automóviles. En el sector inmobiliario, los consumidores adelantan sus compras para gozar de la deducción por vivienda, que se suprimirá parcialmente a partir de 2011.

En cualquier caso, el aumento del IVA es una decisión irrevocable y la experiencia dice que cuando se eleva este tributo sólo pueden suceder dos cosas: que se mantenga en ese nivel muchos años o que vuelva a subir. Desde 1986, cuando se introdujo el IVA en España, ningún Gobierno optó por recortar el gravamen.

Rebajar cuotas sociales, una vieja reclamación

Acepto subida de IVA a cambio de rebajar cotizaciones. La oferta lanzada desde los sectores empresariales no ha logrado convencer al Ministerio de Trabajo. De hecho, CEOE, máxima defensora de aplicar una rebaja de los costes laborales ligados a la Seguridad Social, ya ha retirado la propuesta de encima de la mesa del diálogo social. La patronal presidida por Gerardo Díaz Ferrán propuso en julio de 2009 recortar en cinco puntos las cotizaciones, lo que provocó la ruptura de las negociaciones.España, incluso tras elevar el gravamen al 18%, se caracteriza por tener unos de los tipos de IVA más bajos de la Unión Europea y por mantener unas elevadas, en comparación con la media europea, cotizaciones sociales.Un empresario que contrate a un trabajador con un sueldo bruto de 21.200 euros, pagará a la Seguridad Social unos 6.500 euros al año. Por su parte, el empleado abonará entre impuestos y cotizaciones unos 3.370 euros. Los empresarios consideran que la cifra es excesiva.En cualquier caso, el Gobierno ha desechado esa posibilidad. Sin embargo, el Ejecutivo aprobó liberar a los empresarios de pagar las cotizaciones sociales durante tres años al contratar a un parado que aún esté cobrando cualquier tipo de prestación por desempleo. Hay 3,2 millones de personas en esa situación.

La cifra

71,6% es el porcentaje de empresas que opina que el próximo alza del IVA no está provocando que se adelanten las compras.

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