Gobierno, patronal y sindicatos encaran mañana su último intento de pactar la reforma laboral
Los últimos cartuchos se agotan y no hay, por el momento, ninguna presa que cobrarse. El ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, se reunió ayer con los máximos líderes de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, CC OO, Ignacio Fernández Toxo y UGT, Cándido Méndez, para intentar desbloquear la negociación de la reforma laboral. No tuvo éxito. A unas horas de que concluya el plazo impuesto por el Gobierno para llegar a un pacto, que finaliza con el mes de mayo, el debate sobre los costes del despido sigue impidiendo cualquier acuerdo. Una situación que las tres partes intentarán resolver de nuevo mañana, ya que si no cambia en las próximas horas, llevaría al Ejecutivo a legislar por su cuenta.
La noticia de que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, cancelaba su viaje oficial a Brasil de este fin de semana para implicarse en la recta final de la negociación insufló algo de oxígeno a la ya exigua llama del consenso. Los agentes sociales esperaban que la vuelta del Ejecutivo a unas negociaciones que se habían intensificado a nivel bilateral pudiera desatascar las diferencias que separan a patronal y sindicatos.
Sin embargo, la obstinación de la CEOE por lograr un abaratamiento de las indemnizaciones por rescisión de los contratos volvió a toparse con la rotunda negativa de las centrales. La patronal insiste en facilitar la justificación del despido por causas objetivas, con un coste de 20 días en lugar de los 45 del proceso improcedente, pero muy difícil de demostrar ante el juez hoy en día. También esperan equiparar a 33 días todas las modalidades de despido del contrato de fomento del empleo estable, que asciende a 45 en caso de una rescisión disciplinaria que sea declarada improcedente. CC OO y UGT se niegan a aceptar cualquiera de las dos.
Hay principios de acuerdo, sin embargo, en otros de los temas desplegados sobre la mesa. Unos y otros asumen la necesidad de reorientar las bonificaciones a la contratación hacia los jóvenes, crear un plan de empleo específico para ellos o facilitar las reducciones de jornada como alternativa a los despidos. No obstante, para contar con la firma de todos los interlocutores, la reforma deberá incluir un pacto en todos los debates abiertos.
Así, sin mayores avances en la negociación, y a la espera de ver si Zapatero les convoca a La Moncloa como ya hiciera en la última etapa del diálogo social que fracasó en julio, el pesimismo de los agentes sociales hace temer que el proceso concluya sin consenso. Tras el fallido encuentro de ayer, los contactos previstos para hoy se ciñen al ámbito bilateral o telefónico. Será mañana cuando Díaz Ferrán, Toxo y Méndez vuelvan a citarse con Corbacho para tratar de alcanzar, in extremis, el ansiado acuerdo. Sólo si este es posible, el calendario de la negociación podría extenderse durante toda la semana. Por el contrario, si no hay avances, el Gobierno iniciará la preparación de un decreto ley unilateral con la reforma, que previsiblemente llevará al Consejo de Ministros del próximo 11 de junio. Una norma que de "resultar lesiva para los trabajadores", han advertido las centrales, provocará una huelga general.