El hospital sin papeles
El nuevo centro médico de referencia de Asturias aspira a liderar la modernización tecnológica que desarrolla el Principado.
Ni un solo papel... En este hospital vamos a trabajar sin un solo papel, con lo que eso significa de avance tecnológico y de ahorro". Lo asegura Mario González, gerente del Hospital Universitario Central de Asturias (Huca), entre sacos de cemento en plena obra del nuevo centro, para cuya construcción se han tenido que manejar, paradójicamente, más de 4.000 planos de papel.
La de González es una declaración de principios. "Sin papel" quiere decir, además de eliminar los millones de folios de los 720.000 historiales activos que tiene el viejo hospital, una nueva forma de entender la asistencia sanitaria en este centro de referencia, cuya construcción, de cumplirse el plazo previsto de 66 meses, finalizará en diciembre de este año para empezar a prestar servicio en 2011.
Con un presupuesto de obra de 296 millones, se trata del mayor hospital público en construcción actualmente en España, junto al que también se levanta en Toledo. Y, a la vez, es la apuesta más importante del Gobierno del Principado y un empeño personal de su presidente desde 1999, Vicente Álvarez Areces. "Dejar este legado -asegura- será para mí un orgullo, por lo que significa de infraestructura social y modernidad", dos guías de su gestión.
A Areces le gusta citar la inauguración de la escultura de Chillida Elogio del horizonte, en 1990 y en terrenos de Gijón que habían sido de Defensa, frente al Cantábrico, como punto de partida de esta era de modernización que se expresa en el Huca. Entonces como alcalde de la ciudad, Areces asistió al acto la misma mañana en que tres manifestaciones de sectores en reconversión industrial recorrían Gijón. Hoy, Elogio del horizonte se ve como sello de la Gijón renovada.
"Fue el símbolo de un cambio", dice Areces, que encuentra la proyección más ambiciosa de ese símbolo en el Centro Niemeyer, un complejo en la ciudad arquetípica de la reconversión siderúrgica que, dirigido por Natalio Grueso, se inaugurará en diciembre con el objetivo de demostrar la potencialidad económica que tiene la actividad cultural.
Es la estrategia "del carbón al ratón informático", que el Huca aspira a liderar como buque insignia de la inmersión tecnológica en la que está empeñado Asturias. Con un modelo de organización centrado en la gestión clínica, una apuesta decidida por la alta tecnología y una atención basada en el paciente y de fuerte componente ambulatoria, el Huca -encomendado a la empresa pública Gispasa y construido por la UTE de Sacyr, San José y Sánchez y Lago- quiere ser un emblema del avance hacia la economía del futuro. Su componente investigador y universitario, y la nueva sede del Instituto Nacional de Silicosis que también recoge, se unen al objetivo de ser un generador de empleo y actividad renovada. Acuerdos como el suscrito con la Fundación Alimerka, por el que el grupo de supermercados proporcionará productos gratis a los pacientes internos en el área de oncología, abren también amplias posibilidades a la colaboración con el sector privado.