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Lujo

Los clásicos más valiosos se reúnen en Villa d'Este

Sólo la aristocracia del automóvil tiene cabida en el concurso de elegancia que se celebra anualmente en Italia, a orillas del lago Como.

En medio de las turbulencias económicas y sociales que recorren el viejo continente, el Hotel Villa d'Este sigue siendo un remanso de paz para los adinerados que pueden disfrutarlo. Lugar tradicional de encuentro para la burguesía italiana, en 1929 sus jardines ya reunían las últimas creaciones de los mejores fabricantes y carroceros. En 2002 se hizo renacer la muestra y desde entonces el interés de los aficionados y el patrocinio de BMW Group ha hecho el resto. Como es fácil imaginar, la densidad de millonarios por metro cuadrado es apabullante, tanto como la cordialidad y la buena educación reinante. No hay muchos otros lugares donde poder hablar de coches con los dueños de modelos tan especiales. Por supuesto, el espectáculo también se puede encontrar en la excentricidad de algunos visitantes. Uno de los gestos más celebrados es el de llegar al hotel directamente desde el lago Como, subiendo por una rampa al volante de automóviles anfibios clásicos.

En palabras de Karl Baumer, presidente del concurso, "tradición, elegancia y pasión por los automóviles son los pilares sobre los que se sustenta este evento". Además de la habitual competición entre los automóviles asistentes divididos en ocho categorías (como coches de competición de preguerra, descapotables de posguerra o prototipos 1952-1965), este año se organizó además una exposición conmemorativa con motivo de los 100 años de Alfa Romeo.

En los concursos de elegancia más exigentes, ya sea el que nos ocupa o el de Pebble Beach en Monterrey (California), los grandes protagonistas siempre son exquisitos modelos de los años treinta, o bien deportivos italianos de los años cincuenta y sesenta. En 2010, el principal galardón del evento, la Coppa d'Oro que se concede en función de los votos del público, ha sido para el Maserati A6GCS Spider Frua de 1955, del estadounidense John F. Bookout Jr. Sólo se construyeron tres coches como éste.

El Trofeo BMW Group, que se otorga teniendo en cuenta los votos del jurado formado por reconocidos especialistas, fue para el Talbot-Lago T150 C SS Teardrop Coupé de 1938, con carrocería Figoni & Falaschi. Esta unidad en concreto fue encargada por el príncipe Philippe di Massa para competir en las 24 Horas de Le Mans de 1939. Tras la II Guerra Mundial, el coche acabó en Berlín Este, y no fue hasta 1995 cuando viajó a EE UU, de donde es originario Oscar Davis, su actual propietario. El año pasado se llevó la Copa de Oro un modelo muy similar por concepto, el Alfa Romeo 8C 2900 B Berlinetta (1938) de Jon Shirley, ex presidente de Microsoft. Al igual que el Talbot-Lago, el deportivo italiano combinaba un chasis de coche de competición con una bella carrocería cerrada creada en este caso por la firma milanesa Touring.

En la última edición la presencia española entre los propietarios de coches participantes se redujo a Oriol Vilanova Calonge, que expuso su imponente Cadillac Series 90 V16 de 1938. Este automóvil compitió encuadrado en la categoría de coches cerrados entre 1935 y 1950 y es uno de los escasos Cadillac V16 con carrocería cupé fabricados. Era uno de los coches más caros de su tiempo, se fabricaban a medida del comprador y en su última evolución rendía 185 CV.

BMW siempre lleva a Villa d'Este modelos clásicos y alguna primicia de impacto. Si el año pasado fue el descapotable 2.800 Spicup de 1969, un modelo único y poco conocido, este año la estrella ha sido el 328 Kamm descapotable. Sobrevivió a la II Guerra Mundial pero no a un accidente, y acabó en el desguace. Ahora BMW lo ha reconstruido.

Alfa TZ3, el capricho de un coleccionista

En Villa d'Este no todo es nostalgia, también hay un trofeo para el mejor prototipo de última hornada. Se expusieron el Spada TS Codatronca (2008), el Bentley Continental Flying Star (2010), el Ferrari P540 Superfast Aperta (2010), el Frazer-Nash Namir (2009) y el Alfa Romeo TZ3 Corsa (2010). Este último, inédito hasta su aparición en este concurso, fue el ganador en su clase.Se trata de un modelo único encargado por el coleccionista alemán Martin Kapp a Carrozzeria Zagato. Desde el principio sus creadores han insistido en que no es un prototipo, sino que se trata de un coche de carreras listo para saltar al circuito.La idea de fabricarlo surgió en el circuito holandés de Zandvoort, durante una concentración de propietarios de modelos Alfa Romeo carrozados por Zagato. Los éxitos de los Alfa carrozados por la casa, tan milanesa como Alfa Romeo, comenzaron en los años veinte y treinta, encuadrados dentro de la Scuderia Ferrari (Enzo Ferrari compitió con Alfa antes de fabricar sus propios modelos). No obstante, el vínculo más claro del nuevo TZ3 lo encontramos en los TZ y TZ2 de los años sesenta, sobre la base del Alfa Giulia. El nuevo coche emplea una estructura de fibra de carbono con una carrocería de aluminio. El motor es el V8 de origen Ferrari que estrenó el Alfa 8C de producción limitada, que en este caso rinde 420 CV. Este propulsor se combina con un cambio secuencial de competición. Gracias a un peso en seco de sólo 850 kilos puede acelerar de 0 a 100 km/h en menos de 3,5 segundos, y supera los 300 km/h. En definitiva, el coleccionista millonario puso el dinero para desarrollarlo (su coste es secreto) y Zagato y Alfa Romeo pudieron presumir de supercoche.

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