El crudo de Texas baja un 2,16% y cierra a 70,06 dólares en Nueva York
El petróleo de Texas se depreció hoy por quinta sesión consecutiva al bajar un 2,16% en Nueva York, y terminó la primera jornada de la semana a 70,06 dólares por barril, su cotización más baja en cinco meses.
Al cierre de la sesión en la Bolsa Mercantil de Nueva York, los contratos de futuros de Petróleo Intermedio de Texas para entrega en junio eran 1,55 dólares más baratos que el pasado viernes y tenían el precio más reducido de los registrados desde el 14 de diciembre.
Aquel día fue el último en que el crudo de Texas cerró por debajo de los 70 dólares por barril, una cota que no ha perdido desde entonces, aunque hoy se negoció por debajo de ese precio e incluso llegaron a cerrarse operaciones a 69,27 dólares.
El descenso registrado hoy en la cotización del barril de ese tipo de crudo se suma al anotado durante la semana pasada, cuando se abarató en conjunto un 4,65% (un 3,75% sólo el viernes), lo que deja esta materia prima en su precio más bajo en lo que va de un año que comenzó en torno a los 80 dólares.
Los contratos de gasolina también para junio bajaron nueve centavos y cerraron a 2,04 dólares por galón (3,78 litros), en tanto que los de gasóleo de calefacción descendieron ocho centavos, hasta los 1,98 dólares, lo que supone los precios más bajos registrados por ambos derivados del crudo desde el pasado 25 de febrero.
La aguda tendencia bajista en el precio del petróleo y sus derivados fue hoy en paralelo a la que registraba también la Bolsa de Nueva York y otros mercados, al tiempo que el dólar se fortalecía ante el euro y otras monedas.
Por esa divisa europea se pagaban hoy 1,2365 dólares, comparado con 1,2581 dólares del viernes.
El dólar suele actuar como valor refugio en momentos en que los inversores huyen de la Bolsa y buscan activos menos arriesgados, por lo que cuando los mercados bursátiles bajan, la cotización de esa divisa tiende a elevarse.
A su vez, el fortalecimiento de la divisa estadounidense suele presionar a la baja a los precios del petróleo y de otras materias primas que se negocian con el "billete verde", pues resultan más caras cuando se adquieren con otras monedas.
La inquietud acerca de los fuertes recortes del gasto que tienen previsto aplicar algunos países europeos para controlar su déficit y del efecto que ello pueda tener en la actividad económica en ese continente está presionando a la baja a la moneda europea y, en consecuencia, facilita también la apreciación relativa del dólar.
A ello se suma que esa inquietud hace temer por el ritmo de crecimiento de la economía en todo el mundo y, por tanto, por el aumento de la demanda de combustibles, lo que desincentiva a los inversores a apostar por el crudo y sus derivados.