Las empresas juegan su partido en la cancha de baloncesto

Expertos analizan los valores compartidos del deporte y la gestión

Qué tienen en común un jugador de baloncesto y el gestor de una empresa? Mucho más de lo que a primera vista pudiera pensarse. La Escuela de Negocios del Pirineo ha invitado a figuras míticas de ese deporte, como Corbalán, Romay, Lolo Sainz y al presidente de la Federación, José Luis Sáez, para demostrar que los planteamientos no son tan diferentes.

"Esfuerzo y tesón son los valores que más se han destacado", dice Francesc Fajula, gerente de Fundación Banesto, patrocinadora de las jornadas sobre Baloncesto y liderazgo celebradas en Benasque. Dicho así, parece sencillo. Pero, llevado al mundo real, no lo es tanto. Ahora, cuando la crisis golpea duramente a las empresas, Lolo Sainz recuerda a todos los jugadores llorando en un vestuario tras una derrota que les dejó fuera de la competición europea. "El mundo no se acaba, os queda la Liga, hay muchos motivos para seguir luchando". Lo verdaderamente importante no es caer, sino levantarse. La búsqueda de alternativas que impulsen y faciliten la recuperación juega entonces un papel decisivo.

Juan Antonio Corbalán, introductor en España del coaching, un concepto hoy implantado en la cultura empresarial, subraya que "en definitiva, se trata de la aplicación del sentido común a la transmisión del conocimiento. El entusiasmo es el motor de las empresas y, para ello, la gente tiene que sentirse útil y comprometida en el logro de unos objetivos propuestos y compartidos".

"Hay que intentar ser el mejor, en el equipo y en la empresa", asegura Lolo Sainz

Para Lolo Sainz, "el liderazgo es un factor importante, pero no en el sentido que suele usarse. En un equipo, un líder no tiene por qué ser el mejor jugador, sino el más comprometido, el capaz de movilizarlos a todos, creando ilusión e impulsando la superación, especialmente en los momentos más difíciles". Así se hizo más grande Corbalán. Y uno de los entrenadores con mayor carisma subraya que "hay que buscar siempre ser los mejores, en el equipo y en la empresa. Un firme compromiso con el trabajo y el no dejarse vencer por la adversidad constituyen una receta formidable".

En las pequeñas empresas, la cercanía facilita las cosas, supliendo la escasez de medios. Los deportistas compartieron "la necesidad de descubrir los factores que contribuyen al alto rendimiento y los que bloquean a los trabajadores. A veces se trata de detalles aparentemente sin importancia, pero que, en la práctica, resultan clave para la marcha de la empresa. Todos los empleados deben sentirse útiles, porque así serán competitivos y se divertirán con su trabajo. Un equipo funciona mejor cuando disfruta jugando; también una empresa cuando el trabajo no constituye una pesada carga".

Estructura y objetivos

José Luis Sáez, presidente del momento más dulce del baloncesto nacional, considera que "las estructuras y objetivos de una empresa y de un equipo deportivo no son tan diferentes, sobre todo cuando se efectúan planteamientos razonados y ambiciosos a medio y largo plazo".

En opinión de Fernando Romay, "vivimos en un mundo muy competitivo y por eso los ejemplos deportivos resultan tan válidos. Lo primero es que tu trabajo te guste, que te diviertas ejerciéndolo. A partir de ahí, se debe profundizar en la contribución al equipo, para que esa aportación refuerce ese disfrute, en lugar de recortarlo".

Lolo Sainz considera que "el objetivo último, naturalmente, es ganar, y esto vale para cualquier faceta de la vida, incluidos el deporte y la empresa. Es cierto que ganar no es lo único, pero nunca se debe renunciar a ello. En una derrota, hay que reflexionar sobre los motivos que han impedido el triunfo y corregirlos. Para levantarse y volver a ganar, por supuesto".

Para Francesc Fajula, gerente de Fundación Banesto, "la numerosa presencia de empresarios nos anima a seguir trabajando en la organización de este tipo de eventos".