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Desarrollo

La tecnología puede mejorar seriamente la salud

Investigadores de todo el mundo debaten en España sobre desarrollo

En la Amazonía peruana una simple enfermedad viral puede costar la vida. Las largas distancias, incluso 500 kilómetros de recorrido fluvial hasta el hospital más cercano, retraen a muchos habitantes de realizar ese camino, ignorando la gravedad de la patología que sufren. Un sencillo sistema de telecomunicaciones que une un dispensario médico con el facultativo del hospital, permite realizar un telediagnóstico y tal vez salvar una vida enviando una ambulancia. Tecnología aplicada a salvar vidas. Este es un ejemplo de lo que la Fundación EHAS hace en América Latina. Lo cuenta Javier Simó, miembro de la asociación y profesor de Telecomunicaciones de la Universidad Rey Juan Carlos, y asistente a la conferencia Ciencia contra la pobreza.

El encuentro, organizado dentro de la presidencia española de la UE, reunió a expertos e investigadores para analizar cómo la ciencia y la tecnología pueden ayudar a resolver los problemas de salud asociados a la pobreza.

"La ciencia no es neutral. Los problemas que escogemos para investigar apuntan hacia dónde va la sociedad", cree Simó. "Los asuntos elegidos serán los que tengan incentivos, por un interés o por recursos económicos. Muchas veces los relacionados con la pobreza se descartan porque no hay dinero o porque son problemas invisibles", asegura.

Muchas veces los problemas relacionados con la pobreza se descartan

"La pobreza es ante todo un reto con muchos lados y cada uno de esos lados podemos afrontarlo desde la ciencia", responde desde Boston José Gómez-Márquez, director del programa para las innovaciones en salud del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). Este ingeniero hondureño se encarga de investigar aplicaciones baratas (http://iih.mit.edu). Por ejemplo, de un caso en estudio, como podría ser un avión no tripulado con capacidad para recorrer grandes distancias en África. Allí la imaginación gana a las soluciones caras e imposibles de aplicar. "No sólo hay que perseguir proyectos apoyados con un millón de euros, hay que arriesgarse con otros baratos". Además, advierte: "Debemos ser humildes y apoyar a los innovadores locales, porque en muchas ocasiones ellos tienen las soluciones".

Simó explica algunas de las soluciones que su fundación propone, como un estetoscopio digital de telemedicina, con el que un técnico de salud puede auscultar a un paciente y un médico, a cientos de kilómetros, valorar al enfermo, ahorrando carísimos desplazamientos. O un simple teléfono IP puede servir para avisar al transporte, las lanchas deslizadoras en la Amazonía. El profesor denuncia que cuando la tecnología es cara, como en el caso de las telecomunicaciones, "el mercado deja fuera a zonas rurales y a países pobres". Igual que problemas específicos como la malaria o el dengue. "Hay casos en que es necesario buscar una cura y sencillamente no se hace. Existe una desproporción hacia dónde van enfocados los medios".

Garmendia quiere un compromiso de la UE este mes

Los resultados de la conferencia serán llevados al Consejo de Ministros europeo de Competitividad del 26 de mayo, donde se adoptará una posición común sobre estas cuestiones, "tal y como nos comprometimos al comienzo de la presidencia española", aseguró la ministra de Ciencia, Cristina Garmendia, en la inauguración del acto. Habrá que ver si la propuesta tiene alguna aplicación real o se diluye como los Objetivos de Desarrollo del Milenio."Los problemas de pobreza y salud de todo tipo deben ser analizados por los científicos, quienes deben colaborar con otros actores sociales", reflexiona la venezolana Isabel Licha, asesora sénior del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en Nueva York. "Existe un enorme gap científico en los países pobres, que se debe recortar gracias a la cooperación internacional. Pero es cierto que no he visto comunidad más proclive para hacer este esfuerzo que la científica. Aunque hay que cambiar la forma en que la ciencia se relaciona con los poderes públicos", asegura."La pobreza tiene también un rostro científico y tecnológico. El conocimiento ha sido históricamente una palanca clave para el progreso de la humanidad", recordó la ministra. Se trata "de disfrutar o no disfrutar de una esperanza y una calidad de vida que la ciencia nos ha permitido conquistar".

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