Rajoy rechaza la congelación de las pensiones y el recorte a funcionarios
Las recetas que aplicará el Gobierno para reducir el déficit no le gustan a Mariano Rajoy, quien ayer culpó a José Luis Rodríguez Zapatero de haber perdido la batuta sobre la dirección del país y de gobernarlo "tutelado, vigilado y bajo protectorado".
Aunque el habitual cruce de acusaciones entre Gobierno y oposición ha saturado ya el diario de sesiones, la que le lanzó ayer Mariano Rajoy al presidente del Gobeirno es una de las más duras que se ha escuchado en su boca. El líder del PP le culpó de haber dejado, por su inacción, que Bruselas imponga a España "a la fuerza y al dictado" un ajuste del déficit "bajo directrices que no son españolas". Coherente con este planteamiento, expuso la imagen de un Gobierno "tutelado, bajo vigilancia y bajo protectorado".
Más allá de esta grave descripción de la realidad, Rajoy le anticipó a Zapatero que el PP no avalará ni la congelación de las pensiones ni el recorte del sueldo a los empleados públicos. En su opinión y en la de su equipo económico, hay otros caminos más idóneos para transitar por el severo recorte presupuestario impuesto por Bruselas. Y ofreció varios ejemplos: propuso la supresión de la Vicepresidencia tercera, la integración de los ministerios de Educación y Cultura, la de Trabajo y Sanidad, además de la revisión de todas las subvenciones públicas estatales, incluidas las que favorecen a partidos políticos y fundaciones ligadas a ellos, a sindicatos y a empresarios.
Mariano Rajoy se dolió por el rechazo del presidente al plan de ajuste del déficit que le propuso en su día el PP, casualmente en las mismas cifras que el impuesto por Bruselas para este año, que suma otros 5.000 millones a los ya previstos inicialmente.
Los directores del equipo económico del PP, Cristóbal Montoro, Álvaro Nadal y Fátima Báñez recordaron ayer que en el diálogo convocado en el Palacio de Zurbano, se le ofreció al Gobierno abordar de forma conjunta un ambicioso plan para reestructurar el gasto público, invitación que el Ejecutivo rechazó. Además de tener carácter estructural, esta apuesta hubiera supuesto prescindir de gastos superfluos, en los que se solapa muchas veces la acción de las tres administraciones públicas, defendió el PP.
Rajoy le advirtió ayer a Zapatero que "el coste de sus errores" no puede ser pagado por pensionistas y empleados públicos, que si el presidente hubiera aceptado en su día las propuestas del PP, "España se podría haber ahorrado, en cifras que no quiero ni pensar, todo este coste en intereses de la deuda, déficit y desempleo".
Vistos los anuncios hechos por Zapatero, Rajoy no dudó en calificarlos como "el mayor recorte de derechos sociales de la democracia". "El principal problema de credibilidad es usted y el PP no le dará un cheque en blanco por su demagogia", añadió.
Bajo la consigna de las elecciones anticipadas
Si bien Mariano Rajoy eludió ayer pedir desde la tribuna del Congreso elecciones anticipadas, numerosos diputados de su partido salieron en tromba a los pasillos de la Cámara Baja para comentar a los periodistas que este escenario lo ven cada vez más próximo. El más directo en sus afirmaciones fue el responsable de Comunicación de los populares, Esteban González Pons. En su opinión, después de los recortes anunciados ayer por Zapatero para reducir el déficit, la situación política tiene visos de "no ser sostenible" porque el Gobierno se encontrará con una contestación evidente en la calle y contará a partir de ahora con pocos apoyos parlamentarios para sacar adelante el techo de gasto del año que viene y los Presupuestos estatales de 2011. Todo ello, añadió, alimenta los motivos para una convocatoria anticipada de las legislativas.Mariano Rajoy acudió al debate parlamentario de ayer con dos escenarios: uno preveía la posibilidad de que Zapatero anunciara cifras y promesas sin concretar. El otro era que el presidente se comprometiera con iniciativas concretas, como así sucedió. La respuesta del PP fue inmediata: rechazo a la congelación de las pensiones y al recorte en el sueldo de los funcionarios. Entre los dos colectivos suman alrededor de 12 millones de votantes potenciales, decisivos en unas elecciones generales y también en la convocatoria municipal y autonómica prevista para mayo del año que viene.Tal y como fue planteado el duelo parlamentario de ayer y el momento elegido para anunciar el ajuste, interpretan diputados del PP, el Gobierno ha dejado a Rajoy el margen suficiente como para arañar voto en el centro izquierda y ganar ventaja electoral.