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A fondo
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

La hora de los impuestos especiales

El plan de recorte adicional del déficit público (1,5 puntos de PIB, a repartir entre este año y el que viene), que será aprobado probablemente este viernes en Consejo de Ministros, ha colocado al Gobierno en una difícil tesitura. Pese a que la mayor parte del ajuste se prevé conseguir con recortes extraordinarios de las partidas de gasto, según detallará hoy el presidente del Gobierno en el Congreso, el Ejecutivo es consciente también de que tendrá que echar mano también a la vía de los ingresos para ayudar a recortar el déficit en 15.000 millones de euros, según reconocen a este diario en fuentes de la Administración.

Las mismas fuentes apuntan a un incremento de los impuestos especiales como la mejor opción complementaria a la vía del recorte del gasto para sacar adelante el compromiso alcanzado por España frente a Bruselas el pasado fin de semana. Y es que, la tesis actual del Gobierno es no tocar los grandes impuestos más allá de lo que ya se había programado (un alza del gravamen al capital en el IRPF desde este enero y una subida del IVA a partir de julio). Y los impuestos especiales son, dentro de las figuras tributarias de menor calado, los que cuentan con un mayor impacto recaudatorio (unos 18.000 millones al año), descontados el IVA, el IRPF y el que se aplica a los beneficios empresariales.

Dentro de los impuestos especiales, el tabaco y los hidrocarburos son los que pueden marcar la pauta. En el caso del tabaco porque el Gobierno tiene en marcha un cambio en la legislación que dificulte su consumo por razones de salud y medioambientales, por lo que un alza de su tributación, como ya ocurrió el año pasado, no sería mal vista. En el caso del impuesto sobre hidrocarburos, España se encuentra todavía en la parte baja del ranking en relación con la media comunitaria y Bruselas desea una mayor armonización del gravamen entre todos los países de la UE. Además, la demanda de hidrocarburos es inelástica por lo que un incremento del gravamen no repercutiría en caídas del consumo, y por ende, de la recaudación.

Sólo en los tres primeros meses del año, Hacienda ingresó 2.300 millones vía este tributo. De igual forma, una subida del impuesto de hidrocarburos serviría también para ayudar indirectamente a las comunidades autónomas, ya que buena parte de esta recaudación va a parar a sus arcas. Con todo, Hacienda debe administrar bien los tiempos ya que en el caso de este tipo de impuestos no caben anuncios, debido al efecto acaparamiento que ello tendría. Por una parte, hay quien en el Ministerio de Economía es partidario de aprobar la subida en los próximos días, antes de que el Gobierno defienda en Bruselas el nuevo plan de recorte del déficit (se hará en la próxima semana). Sin embargo, hay quien es partidario de que esa subida se incorpore a los Presupuestos del Estado de 2011. La respuesta la tiene la vicepresidenta económica del Gobierno, Elena Salgado.

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