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Hasta 286 millones de euros

RBS reduce sus pérdidas en el primer trimestre un 72,5%

Royal Bank of Scotland (RBS), entidad parcialmente controlada por el Gobierno británico tras recibir miles de millones en ayudas públicas, registró en el primer trimestre de 2010 unas pérdidas netas atribuibles de 248 millones de libras (286 millones de euros), un 72,5% menos en comparación con los 902 millones de libras (1.042 millones de euros) que perdió en el mismo periodo de 2009.

La cifra de negocio del banco escocés alcanzó en los tres primeros meses del año los 8.020 millones de libras (9.270 millones de euros), lo que supone un 23,2% en relación a los 10.446 millones de libras (12.075 millones de euros) que ingresó en el primer trimestre del ejercicio anterior.

En comparación con el cuarto trimestre de 2009, las pérdidas netas descienden un 67,5%, ya que en los tres últimos meses del año anterior perdió 675 millones de libras (780 millones de euros). La cifra de negocio en el último trimestre del pasado ejercicio fiscal alcanzó los 7.432 millones de libras (8.590 millones de euros).

Asimismo, el banco escocés registró pérdidas por deterioro de 971 millones de libras (1.121 millones de euros), lo que supone un 5,7% menos en comparación con los 1.030 millones de libras (1.189 millones de euros) del último trimestre de 2009.

El consejero delegado de RBS, Stephen Hester, destacó que la entidad ha llevado a cabo "un gran progreso" en la aplicación del plan de reestructuración aprobado el pasado año, aunque reconoce que aún queda "mucho trabajo importante por hacer". "Agradezco el reconocimiento del mercado a nuestro progreso, pero los desafíos a los que todavía nos enfrentamos son reales y no deben ser subestimados", añadió.

En esta línea, destacó que al año ha empezado como RBS esperaba y que la recuperación económica "está beneficiando" a sus clientes. Sin embargo, aseguró que son conscientes de la necesidad de abordar los desequilibrios económicos que aún existe y los riesgos puntuales, como los que afectan a Grecia, que tienen "peligro de contagio". "Nuestro objetivo a medio plazo es una normalización de las condiciones del crédito", remarcó.

Hester destacó que los objetivos actuales de la entidad son ofrecer un buen servicio a los clientes, restaurar la fortaleza independiente del banco y recuperar un valor sostenible para los accionistas y permitir así al Gobierno del Reino Unido vender su participación.

Por otro lado, mostró su apoyo a la reforma financiera y subrayó que está participando "activamente" para ayudar a los Gobiernos y los reguladores a calibrar las nuevas medidas, entender sus consecuencias y considerar el calendario de aplicación.

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