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Tormenta en la eurozona

Bruselas teme que Cameron tense la relación con la UE

La posible victoria hoy del líder euroescéptico pondría en peligro importantes reformas en el club comunitario

Las elecciones generales que se celebran hoy en Reino Unido pueden marcar un nuevo punto de inflexión en las siempre tensas relaciones entre Londres y Bruselas. Y si las urnas confirman los sondeos y conceden la victoria al líder conservador, David Cameron, en la capital comunitaria hay pocas dudas sobre el probable deterioro de la relación de Gran Bretaña con la UE.

En los últimos meses, de hecho, numerosas iniciativa comunitarias se han impulsado con el objetivo marcado, extraoficialmente, de concluirlas, antes del 7 de mayo. En algunos caso se ha cumplido, como el reciente acuerdo de los ministros de Exteriores de la UE sobre el futuro servicio diplomático de la Unión, una creación que provoca la ira de los tories británicos. En otros, las negociaciones siguen peligrosamente abiertas, como en la reforma de la supervisión financiera (aguada ya por el gobierno de Gordon Brown) o la regulación de los hedge funds, que el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, en su calidad de presidente semestral de la UE, frenó in extremis a petición de su homólogo británico. Pero la victoria de Cameron, sobre todo si puede gobernar en solitario, no sólo amenaza la promulgación de nuevas normas, sino también con enconar viejas disputas.

El líder conservador ha prometido a la facción más euroescéptica de su partido renegociar los vínculos del Reino Unido con la UE como compensación por no convocar un referéndum sobre el Tratado de Lisboa.

El objetivo declarado es excluir a su país de la aplicación de las normas europeas sobre empleo, política social y justicia. Además, Cameron quiere imponer por la ley la celebración de un referéndum antes de nuevas cesiones de soberanía, lo que podría impedir cualquier avance en coordinación fiscal o económica.

Los roces del nuevo Gobierno británico con Bruselas también parecen inevitables en el terreno presupuestario. Reino Unido, según las previsiones, cerrará 2010 con el déficit público más alto de toda la UE. La CE pidió ayer que, gane quien gane, apruebe un plan de ajuste creíble.

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