El Banco de España urge a la reforma laboral para alejar el fantasma griego
El gobernador del Banco de España ha vuelto a reclamar que se acelere la reforma laboral, esta vez para alejar la imagen española de la debacle griega. Las negociaciones avanzan en torno a una reforma global, pese a la propuesta sindical de sellar un pacto urgente con lo consensuado.
Si no nos acercamos rápidamente a las instituciones de otros países, tendremos problemas", aseveró ayer el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez. En su opinión, alejar la economía española del fantasma de la crisis griega requiere reformar el mercado laboral "con prontitud", pero también con medidas "que sean suficientes".
Aunque el gobernador sostuvo que la situación española "dista mucho" de la del país heleno, consideró que su ejemplo debe servir al Gobierno para "extraer lecciones". En este sentido, Fernández Ordóñez citó tanto el saneamiento de las cuentas públicas, como la renovación del mercado de trabajo, como las medidas fundamentales que urge acometer "para evitar problemas", informa Europa Press.
La irrupción del responsable del supervisor financiero, firme defensor del abaratamiento del despido, en el debate de la reforma laboral es ya un clásico. Una postura que le ha costado convertirse en objetivo habitual de las críticas sindicales. æpermil;stos le instan a centrarse en los problemas de la banca, "causantes de la crisis", y a dejar a trabajadores y empresarios decidir en su campo.
Ambos colectivos tienen previsto volver a reunirse hoy con representantes del Ministerio de Trabajo para continuar negociando el contenido de la reforma laboral. Los sindicatos vienen insistiendo en aprobar primero un pacto de mínimos que contenga las medidas más urgentes que ya cuentan con consenso -como las relacionadas con el fomento del empleo joven o la aplicación del modelo alemán- y seguir debatiendo sobre las más polémicas. Sin embargo, según fuentes cercanas a la negociación, en vista de la negativa que ha recibido su propuesta por parte de la CEOE y del Gobierno, las centrales han aceptado negociar una reforma de carácter "global".
El 'modelo austriaco'
Pese a la advertencia del ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, de que los agentes sociales tienen dos semanas para llegar a un acuerdo bilateral, ámbitos fundamentales como el futuro de la contratación y el despido siguen completamente abiertos. De hecho, el Ejecutivo no tiene previsto dar detalles sobre su propuesta para adaptar el sistema austriaco (un fondo empresarial para cubrir los despidos) hasta la semana que viene. Aún así, los agentes sociales fechan ya la conclusión del diálogo social tripartito a finales de mayo.
El encuentro de hoy coincide con la publicación del dato del paro de abril, que según revelaron fuentes de la administración a Efe el pasado fin de semana, ha disminuido en 24.000 parados. El secretario general de CC OO, Ignacio Fernández Toxo, criticó que "la filtración da una sensación de ansiedad que no es buena para un momento como el actual". Apreciación con la que coincidió su homólogo en UGT, Cándido Méndez.
Un 10% de los ERE reducen la jornada
El número de trabajadores afectados por un expediente de regulación de empleo (ERE) en los meses de enero y febrero de este año ha sido de 50.556, frente a los 125.011 del mismo periodo de 2009, según los datos publicados por el Ministerio de Trabajo. De los 3.094 procesos autorizados por la administración, el 72% fue de suspensión temporal de los contratos, el 18% de extinción y el 10% de reducción de la jornada.Pese al aumento experimentado por esta última modalidad, su uso continúa siendo marginal. De ahí que Gobierno, patronal y sindicatos continúen negociando la adaptación a España del modelo alemán que compensa al empleado con prestaciones tras permitir al empresario reducirle el salario en la misma medida que el horario de trabajo. En este sentido, el líder de UGT, Cándido Méndez, apostó ayer por facilitar esta fórmula durante tres años (de 2010 a 2012, lo mismo que el pacto salarial firmado con la patronal) para que, de forma "temporal y reversible", la reducción de jornada sea una alternativa al despido.