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Controlan casi el 38% del mercado nacional

Los pequeños viticultores de Rioja, en pie de guerra

Rechazan el recorte de producción y temen que se arruinen sus viñedos.

Un trabajador vendimia en los viñedos de La Rioja.
Un trabajador vendimia en los viñedos de La Rioja.Bloomberg

Los vinos de Rioja controlan casi el 38% del mercado nacional, quintuplicando las cuota de sus seguidores. Pero los pequeños viticultores de las Comunidades que comparten la Denominación (Navarra, La Rioja y País Vasco) están en pie de guerra. Rechazan la última reducción productiva aprobada por la Interprofesional y temen la ruina de sus viñedos.

Quedan lejos los tiempos en los que la denominada fiebre del rioja proporcionaba suculentos beneficios a los propietarios de las pequeñas parcelas. Entonces se advirtió de la conveniencia de imponer un equilibrio en los precios. Pero, como ha ocurrido con el sector inmobiliario, se apeló a un libre mercado que ahora implora ayudas para sobrevivir.

Luis Torres, de la Unión de Agricultores y Ganaderos de Rioja (UAGR), subraya que "el sector comercial ha impuesto sus tesis, frente a los intereses básicos de los pequeños viticultores". En su última reunión, la Interprofesional, integrada por representantes de las bodegas y de los propietarios vitícolas, aprobó reducir en un 10% la producción de uva a los viticultores "sin establecer ninguna contrapartida , a pesar de que el sector genera muchos beneficios", señala Eusebio Fernández, representante de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA).

Los viticultores de las tres comunidades han iniciado movilizaciones para exigir a la Interprofesional que anule la reducción de la producción. El conflicto vuelve a demostrar el difícil equilibrio de intereses entre los empresarios (en su mayoría autónomos) del sector productor y los bodegueros. Sin embargo, ambos sectores están condenados a entenderse, porque, sin materia prima, no hay elaboración posible.

Para Alberto Sáenz, portavoz del sindicato vasco Elne, "el rioja no es, ni mucho menos, una denominación en quiebra. Tiene mucho futuro, pero debe repartir los beneficios". Y Pedro Luis Cadalso, de la Unión de Agricultores de Navarra, afirma que "lo que reivindicamos es seguir viviendo de la producción de nuestros viñedos y hacerlo en nuestros pueblos".

Porque lo que constituye la gran amenaza de este conflicto es la despoblación rural. Los sindicatos que representan a los viticultores apuntan que las cotizaciones a la Seguridad Social que van dejando quienes se jubilan no son cubiertas por jóvenes productores. El motivo es que, de unos precios que ofrecían beneficios en torno al 20% se ha pasado a un 20% de pérdidas, según la Unión de Pequeños Agricultores (UPA). Este sindicato reclama "la discriminación positiva en las inversiones para aquellas bodegas que realicen buenas prácticas contractuales y estén bien posicionadas en el pago de la uva por calidad".

Esa es una de las grandes bazas que juega el sector productor. Los vinos de Rioja han consolidado su liderazgo a base de una defensa a ultranza de la calidad, estableciendo los controles más rigurosos del mundo. Y los viticultores subrayan que "no se puede presumir de rioja a costa de nuestros intereses y sin que la materia prima que suministramos sea valorada adecuadamente".

Curiosamente, las grandes añadas del rioja (las excelentes de 1994, 1995, 2001, 2004 y 2005) no se corresponden con los precios más altos en origen. Y es que las cotizaciones están estrechamente ligadas a la coyuntura. El aumento del stock provocado por la crisis influye sobre los precios que los bodegueros están dispuestos a pagar.

La cifra

37,8% del mercado nacional es lo que controlan los vinos de Rioja, frente al 8,6% de Ribera del Duero y el 6,8% de Valdepeñas, según Nielsen.

La crisis y el final de la economía mixta

Desde el productor a la mesa del restaurante o la barra de un bar, el rioja recorre un camino muy largo. Los precios que se pagan en estos recintos poco tienen que ver con los percibidos por los productores en origen. Tanto que, en la última vendimia, 15 millones de kilos de uva se han quedado sin recoger. Hay más de 600 millones de litros almacenados, a los que es preciso buscar salida.Y la crisis económica está deteriorando fuertemente la alta capacidad adquisitiva de los viticultores en La Rioja. El cierre de empresas ha ido eliminando uno de las fuentes de ingresos con la que contaban muchos pequeños propietarios vitícolas. La Comunidad ha sido el prototipo de una economía mixta, donde un buen número de viticultores trabajaban en una fábrica que les pagaba la seguridad social y un salario y, a la vez, cultivaban sus parcelas de viñedo. Sumando ambos ingresos, salían cantidades muy jugosas. Un ejemplo muy significativo es la zona de Fuenmayor, a diez kilómetros de Logroño, donde el cierre de la planta de Electrolux obligó a muchos viticultores a reconvertirse.

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