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Juan Domingo Ortega

Empresario hasta la médula

Apostó a finales de los años noventa por las energías renovables. Renovalia, la empresa que fundó para suministrar energía a Forlasa, saldrá a Bolsa el próximo 12 de mayo

Empresario hasta la médula
Empresario hasta la médulaCINCO DÍAS

Juan Domingo Ortega anda estos días de road show, explicando a inversores institucionales españoles y europeos su objetivo de convertir Renovalia en un referente en las energías renovables. El paso necesario es la salida a Bolsa, el próximo 12 de mayo. Menos de quince días para asumir un protagonismo, que encaja mal con el carácter -discreto- de quien ha transformado en éxito el sueño de una familia humilde: el grupo Forlasa, punto de partida de Renovalia, compañía presente en 8 países y que a finales de 2009 contaba con una potencia de 553 MW.

"Es una mente privilegiada", comenta Marcos Montero Ruiz, presidente del grupo Pañalón y de la Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM). Ortega y Montero, vecinos de polígono en Villarrobledo (Albacete), han sido responsables de la transformación económica de esta localidad de tradición agrícola, que en los últimos años ha cedido a negocios como los de estos empresarios parte de su peso en el PIB local.

Fue el padre de Juan Domingo Ortega, de nombre Bernardo, junto con su tío, los que pusieron en marcha en 1970 Forrajes y Lácteos (Forlasa); con el tiempo, el tío se quedó con los forrajes y el padre, con los quesos. Allí hizo su carrera Juan Domingo Ortega, un hombre que sustituyó la formación académica por la escuela de la vida, aquella donde "cada día se aprende algo nuevo y de quien menos te lo esperas", le escuchan con frecuencia sus amigos.

Empezó fabricando quesos en Forlasa, fundada por su padre, y vendiéndolos en las tiendas de ultramarinos

Empezó haciendo quesos y vendiéndolos después en las tiendas de ultramarinos. Su ejemplo es muy valorado por los empleados de Forlasa, que le han visto siempre al pie del cañón. "Nunca ha habido un conflicto importante en la empresa", dice Francisco Gómez, secretario comarcal de CC OO y ex empleado de Forlasa. Juan López Bello, durante muchos años presidente del comité de empresa, no tiene reparos en describirle como "empresario ejemplar". "La mayoría de la plantilla tiene contrato fijo y los trabajadores siempre han cobrado puntualmente las 14 pagas, con subidas superiores a la media del sector y uno de los convenios más ventajosos de la industria agroalimentaria", destaca el sindicalista de CC OO, ya jubilado.

Detrás de su éxito, una gran visión para los negocios. Renovalia es el mejor ejemplo. A finales de los años 90, Juan Domingo Ortega apostó por las energías renovables. Le entró el gusanillo ante la posibilidad de ahorrar costes en la fabricación de los quesos. Montó una primera planta de cogeneración detrás de la fábrica y la electricidad que no consumía, la vendía a Iberdrola. Entonces vio venir el futuro de las renovables y se adelantó. Rentabilidad económica y respeto por el medio ambiente. Empezó con energía eólica para más tarde diversificar la producción eléctrica hacia la solar fotovoltaica, solar termoeléctrica y minihidráulica. Desconoce cuál de ellas triunfará, de ahí la decisión de desarrollarlas todas.

Al final, el grupo Forlasa generaba más energía de la que consumía. Según el cálculo de la compañía láctea, suficiente para cubrir el gasto energético de 20.000 hogares. Esa es la génesis de Renovalia.

Tras convertir a Forlasa en el mayor fabricante de queso manchego del mundo, la familia Ortega Martínez -Juan Domingo y su hermana Teresa, que trabaja a su lado en la empresa-, decidió a principios de año vender Forlasa a la compañía francesa Lactalis y centrarse en el negocio de las renovables.

"Ha sido un golpe duro", aseguró, pero cuando una empresa es el número uno difícilmente se puede aportar más valor, se justificaba, y siempre es mejor realizar una operación de este tipo cuando no hay necesidad.

El caso es que la familia Ortega Martínez seguirá generando riqueza en Villarrobledo, algo que le agradece su alcalde, Pedro Antonio Ruiz Santos (PSOE). "Siempre ha estado ligado a Villarrobledo". Con él ha hablado mucho de sus anhelos y proyectos, porque Juan Domingo Ortega no tiene inconveniente en compartir información. "Puede hablar de negocios mientras está con sus amigos tomándose una caldereta", señala el alcalde.

Los que le tratan, coinciden en ver en él un hombre muy abierto y humilde. No falla a la cena mensual que organiza su peña de amigos. "Es una reunión sencilla, cada uno paga a escote, pero él siempre acude, se encuentre donde se encuentre", relata Luis Navarro, presidente de FEDA, la Confederación de Empresarios de Albacete.

Otra cosa son las relaciones sociales y aparecer en los medios. Marcos Montero recuerda que cuando presidía la Cámara de Comercio de Albacete convenció a Ortega para estar en el Pleno y la Comisión Ejecutiva. No acudió a muchas, porque si hay algo que Ortega valora es el tiempo y cada día en la Cámara era una pérdida de muchos millones de las antiguas pesetas.

Hombre de planteamientos claros y muy directo, otra persona con su edad -tiene cerca de 60 años- y en plena crisis, podría haber capitalizado la venta de Forlasa (casi 200 millones de euros) y atrincherarse. Pero él, sigue adelante con nuevos proyectos, observan sus compañeros. "Es un torbellino", dice uno de ellos; según la RAE, remolino de viento, la energía que impulsa Renovalia.

Ebro Puleva y Dinamia pagan por su consejo. Es presidente de la Comisión de Selección y Retribuciones de la primera, y vocal externo de la segunda.

En la aventura de Renovalia le acompaña un equipo de 150 personas, a los que pide pasión y tesón. Es la filosofía que llevó a Forlasa al éxito. En la empresa fabricante de El Ventero o Gran Capitán se trabajaba sábados y domingos y si aquí hay que poner en marcha un aerogenerador un fin de semana, pues también, aseguran en Renovalia. El próximo día 12, saldrá a Bolsa. "No es el mejor momento, aunque seguro que triunfará", declara Marcos Montero.

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