Proteger colores, asegurar pasiones
El seguro forma parte cotidiana de las grandes competiciones. Cubre a los deportistas, el pago de primas, la cancelación de eventos y los estadios
La cuenta atrás para el Mundial de Sudáfrica ha comenzado. Apenas restan 45 días para que los astros del balón de todo el planeta se vean las caras. Un arco iris de selecciones ansiosas por demostrar que son sus botas las que atesoran más fútbol. Durante cuatro semanas, decenas de camisetas probarán su valía y repartirán raciones de júbilo, llanto, polémica y algo de picaresca entre sus aficiones. Serán muchas las emociones en liza, y aún más el dinero en juego. Porque, a fin de cuentas, el deporte es una industria. Y el sector asegurador estará presente para que todo vaya bien, como en cualquier otra actividad de la economía.
"El seguro es necesario en todos los deportes, aunque la cobertura dependerá de la magnitud del riesgo, su naturaleza y el entorno en el que se desarrolla. Disciplinas peligrosas como la escalada o el salto en paracaídas requieren unas condiciones distintas que el billar o el ajedrez", explica Paul Thomas, suscriptor ejecutivo del Sindicato 3334 Sportscover de Lloyd's of London, el mercado asegurador más sofisticado del mundo. En su opinión, "el seguro deportivo es una área que requiere el conocimiento de un especialista. Los productos contratados deben estar diseñados a la medida del deporte en cuestión". Qué se asegure depende, pues, del cliente y sus necesidades.
Los organizadores de los eventos deportivos suelen contratar pólizas de responsabilidad civil para protegerse de los perjuicios que pueden causar a un tercero. Dentro de esta categoría destaca la cobertura ante la cancelación del acto. La causa más común es la meteorología adversa, pero a veces también se blindan ante incidencias ocasionadas por los deportistas participantes, amenazas terroristas o desastres que conllevan días de luto nacional.
Real Madrid y Barça tienen los programas de seguros más completos
Los equipos aseguran sus activos como cualquier empresa. Y estos son, en suma, el estadio, el campo de entrenamiento, las oficinas y, sobre todo, los jugadores. "Los seguros de la plantilla son los más importantes al tratarse del activo más valioso de un club. Se puede cubrir el fallecimiento, la incapacidad total o las lesiones temporales del deportista. En caso de siniestro, el beneficiario es el club", explica Ángel Pérez, especialista en deportes, ocio y entretenimiento de Marsh España. La póliza suele proteger al atleta las 24 horas del día y en cualquier lugar.
Pero no acaban aquí las necesidades aseguradoras de las formaciones. æpermil;stas también contratan pólizas de responsabilidad civil ligadas a los eventos en los que participan y al trabajo de sus directivos, un aspecto en absoluto baladí dada la delicada situación financiera en la que viven muchos equipos. Y para completar el cuadro asegurador de los clubes, están los seguros de contingencias. Estas pólizas sufragan los sobresueldos apalabrados con la plantilla en caso de éxito deportivo o compensan la pérdida de ingresos si se produce un descenso de categoría. "En estos momentos de crisis, este concepto es más demandado debido a su componente puramente económico", comenta Luis García Agea, director del área de deportes y entretenimiento de Willis Iberia. Cambiar de división supone un auténtico drama por la pérdida de los ingresos de retransmisiones televisivas.
Intereses encontrados
Las federaciones nacionales de cualquier deporte siempre contratan seguros de accidentes para los jugadores federados. En España, el golf es el deporte con más aficionados registrados. Son 335.000. Pero a la hora de cubrir a deportistas profesionales surgen las fricciones entre las selecciones y los equipos privados donde militan los atletas. Muy pocos países cubren a sus cracs cuando participan en trofeos internacionales. Los casos de las estrellas provenientes de África y América Latina son paradigmáticos.
Los deportistas también pueden contratar productos de accidentes donde, si se trunca su carrera profesional, los beneficiarios sean ellos o sus familiares. De todas las disciplinas, los más proclives a contratar una póliza son los futbolistas. Pero aún así son pocos los atletas que disponen de un seguro. La realidad es que "hay muy poca sensibilidad. Los jugadores creen que no les va a pasar nada. Suelen ser sus asesores quienes les animan a suscribir uno", comenta Ángel Pérez. Este experto de Marsh España calcula que apenas un 10% de los futbolistas de la Primera División española cuenta con pólizas de accidentes en las que ellos figuran como beneficiarios. Es decir, unos 50 de 500.
En último término, se encuentran los patrocinadores. Pérez considera imposible resguardarse del daño reputacional que genera la actitud reprobable de un deportista sobre la marca a la que representa debido a una razón muy simple: no es algo medible. En su lugar, los sponsor cubren elementos cuantificables como, por ejemplo, el coste de anular una campaña publicitaria.
Los siniestros en el mundo del deporte están a la orden del día. El equipo estadounidense de golf rehusó subirse a un avión para acudir a la Ryder Cup de 2001 tras los atentados del 11-S. El evento fue pospuesto un año y la incidencia supuso el pago de una indemnización de 32 millones de euros. Otro caso fue el del huracán Katrina, que obligó a los New Orleans Saints, el equipo local de fútbol americano, a jugar sus partidos entre agosto de 2005 y septiembre de 2006 fuera de su estadio: el Superdome. Y otro ejemplo, a raíz de la muerte de Lady Di se decretó un luto nacional de tres días en Reino Unido. Todos los actos públicos fueron cancelados.
Como concluye Paul Thomas, "el seguro da la tranquilidad de que si algo va mal los participantes, los organizadores y los espectadores están protegidos". Y exclama, "¡sin la red del seguro se practicarían y se verían menos deportes!".
El patrocinio, trampolín del negocio
Afán de superación, trabajo en equipo, precisión, dinamismo, emoción... Detrás del deporte hay una batería de valores a los que el seguro saca partido a través de los patrocinios.Mapfre tiene como imagen de sus campañas de marketing y publicidad al tenista Rafael Nadal desde hace un año. La primera aseguradora española refuerza así, su vinculación con el tenis, al que está ligado desde 2007 a través de la federación (RFET).Mutua Madrileña también tira de raqueta y da nombre al Open de Madrid, cuya próxima edición comenzará en menos de dos semanas.Pero quizá donde se ven más logotipos de aseguradoras es en las canchas de baloncesto. Ahí confluyen DKV (Joventut), Regal (Barcelona FCB), MMT (Real Madrid), Asefa (Estudiantes) y Axa (Copa del Rey).El mundo del motor es un campo natural para la industria aseguradora. Allianz respalda a la escudería Williams de Fórmula 1. A su vez, Generali apoya al equipo Ducati de Moto GP y bautiza el Gran Premio de la Comunidad Valenciana. Mapfre tienen presencia en las dos ruedas con Aspar Team (Moto2).Y en vela confluyen nombres como Mutua, Caser, Allianz, Mapfre, Axa y Liberty.
Claves en la contratación de las pólizas
1 El cliente decide qué quiere asegurar pero, como las organizaciones no suelen disponer de personas adecuadas para la gerencia de riesgos, suelen recurrir a un corredor para que les asesore. "El papel fundamental del bróker es realizar el mapa de riesgos", explica Carlos García Vega, director de la división de deporte de Aon España. "Identifica los riesgos a los que se está expuesto, se valora cuáles son asumibles y cuáles deben ser transferidos mediante la contratación de un seguro", añade.
2 En base a los riesgos, el corredor fija cuáles son las coberturas que deben exigirse, las sumas aseguradas y las primas a pagar. Asimismo, debe estar en disposición de aportar a su cliente consejos para aprender a gestionar y reducir sus riesgos, de tal forma que pueda menguar el importe de la prima a pagar. Marsh, Willis y Aon, las tres grandes corredurías mundiales, son las principales referencias en el nicho de deportes.
3 Tras realizar su análisis, el corredor debe presentar un mínimo de tres alternativas a su cliente. En función del tipo de riesgo y de la suma cubierta, las ofertas podrán provenir de una sola aseguradora o presentarse un cuadro de coaseguro donde varias compañías participen en la cobertura del riesgo. El reaseguro es una cuestión técnica en la que no debe involucrarse al cliente. A la hora de elegir reaseguradoras para el contrato, basta con que sean compañías de reconocida solvencia.
4 Cada riesgo tiene su mercado. Como explican en Aon, "los más tradicionales tienen una respuesta muy válida por parte de compañías nacionales. Pero para otro tipo de riesgos, resulta imprescindible recurrir a los mercados internacionales". Y en este campo, el punto de encuentro es incuestionablemente Londres. "Lloyd's es considerado como un centro especializado para muchas áreas concretas de negocio, entre las que figura el deporte. Pero incluso en el seno del propio Lloyd's, sólo hay unos pocos suscriptores especializados", comenta Paul Thomas, suscriptor ejecutivo del Sindicato 3334 Sportscover.
Los JJ OO van a la cabeza
Atletas, afición, espectadores. Los eventos deportivos demandan una mayor capacidad aseguradora cuanta mayor repercusión tengan y más deportistas reúnan. Todos los expertos consultados establecen el mismo podio al calificar la importancia de las competiciones. "Los Juegos Olímpicos (JJ OO) y el Mundial de Fútbol son, probablemente, los dos mayores acontecimientos deportivos en términos de volumen de primas", apunta Paul Thomas, del Sindicato 3334 Sportscover de Lloyd's. Sin embargo, este ejecutivo matiza acto seguido que "como sólo se celebran cada cuatro años, otros torneos como la Liga de Campeones, la Superbowl estadounidense o la Liga española generan unos mayores niveles de ingresos acumulados".En España, las formaciones deportivas con un programa de seguros más sofisticado son el Real Madrid y el FC Barcelona. Detrás y a cierta distancia, aparecen Valencia FC, Atlético de Madrid y Athletic de Bilbao, señalan los expertos. Luego, vendría el riesgo de los clubes que forman la Liga.El aseguramiento de competiciones deportivas mantiene diferencias considerables con el de otros grandes acontecimientos de ocio, como conciertos de música o festivales de cine. "Los espectáculos deportivos ofrecen, por un periodo anual, cobertura continua frente a supuestos de responsabilidad civil, daños personales y sobre bienes", explica Paul Thomas. Si bien "también incluyen coberturas para contingencias tales como la cancelación, el clima adverso o la ausencia de los intérpretes, que se asemejan a las de los otros espectáculos de entretenimiento".
