_
_
_
_
Isidro Fainé y Amado Franco

El poder en las cajas de ahorros

Elegidos por consenso presidente y vicepresidente primero de la CECA, afrontan una situación complicada para el sector, con los retos de las fusiones y la reforma de la ley

El poder en las cajas de ahorros
El poder en las cajas de ahorrosCINCO DÍAS

En una ocasión, Isidro Fainé comentó al responsable de una escuela de negocios: "La gente me admira por mi liderazgo, pero lo cierto es que ante los obstáculos, me supero muchísimo". Una clave para entender la trayectoria profesional del presidente de La Caixa, elegido el pasado martes primer representante del sector de cajas. Fue una decisión de consenso del consejo de la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA): Fainé, presidente; Amado Franco, de Ibercaja, vicepresidente primero.

Isidro Fainé nació en Manresa (Barcelona), hace 67 años, en el seno de una familia modesta. Empezó a trabajar con 13 años en un taller de bicicletas. Su primer empleo en la banca fue de administrativo en el Banco Atlántico. En realidad, quería estudiar Físicas, por eso, al comenzar el Bachillerato se buscó un trabajo con jornada intensiva. A los pocos días de entrar en el Banco Atlántico, el director le llamó al despacho y, después de hablar un buen rato con él, le dijo: "Dentro de 20 años, tú serás el director". Entonces decidió estudiar Económicas.

El director acertó en su visión. Con 22 años, Fainé llegó a director de Inversiones en la entidad. Era el primer peldaño de una carrera que le llevó al Banco Asunción de Paraguay, Banca Riva y García, Banca Jover y Banco Unión. Hasta que en 1982 se incorporó a La Caixa como subdirector general. Durante mucho tiempo fue considerado el delfín de Josep Vilarasau, al que sustituyó en 1999 como director general adjunto. Nada más incorporarse a la caja de ahorros, advirtió a Vilarasau que le vería poco por el despacho, porque estaría conociendo la red. En 2007, Fainé relevó a Ricard Fornesa en la presidencia de la entidad.

Nuria Chinchilla, profesora del IESE, institución en la que el Fainé se diplomó en Alta Dirección, cree que el presidente de La Caixa saca su fortaleza para trabajar en el mundo financiero en su habilidad para encontrar puntos de encuentro en posiciones a veces antagónicas. Hombre religioso, su familia es esencial. En épocas en las que viajaba mucho, escribía una carta mensual a cada uno de sus siete hijos. Fainé ha sido el principal impulsor de la red de oficinas y se le atribuye gran parte de la progresiva expansión internacional de la entidad.

Nuria Chinchilla no le ha oído nunca hablar mal de nadie. Se conocieron hace 25 años en Harvard, ella iniciaba sus estudios; Fainé finalizaba su posgrado en Dirección de Empresas. La profesora del IESE no podía contactar con su marido y el presidente de La Caixa le ofreció llamar desde su habitación. Siempre atento a los problemas de los demás, organiza cenas en su casa -tiene residencias en Barcelona, donde vive con su mujer, y Madrid, donde vive con su hijo- con la finalidad de facilitar relaciones sociales a sus invitados. En su apretada agenda, intenta reservar los sábados para jugar al golf. Y para descansar, mar y montaña, en sus residencias de Llavaneres, en el Maresme, y Puigcerdà, en el Pirineo catalán.

Amado Franco es un hombre de Ibercaja. Su elección como vicepresidente primera de la CECA -decidió no presentar candidatura a la presidencia en aras de la unidad de las cajas- demuestra su talante, observa Carlos Carnicer, presidente del Consejo General de la Abogacía Española. "No creí que hubiera cisma, porque Amado Franco renunciaría para evitar el conflicto". Y añade, "pocos candidatos como él para el cargo, por el modelo de negocio que ha desarrollado en Ibercaja". El presidente de Aragón, Marcelino Iglesias, coincide: "Ibercaja es una de las entidades que mejor está capeando el actual momento de estrés financiero". En la misma línea, el presidente de la AEB, Miguel Martín, declara: "Amado Franco ha mostrado en sus últimas decisiones una enorme generosidad que a nadie ha sorprendido".

Amado Franco Lahoz nació hace 65 años en Azuara, un pequeño pueblo de Zaragoza, que en 2008 le nombró hijo adoptivo. Su alcalde, Joaquín Ignacio Alconchel, asegura que "desde entonces se implica mucho con el pueblo". Licenciado en Económicas por la Universidad de Deusto, Amado Franco ingresó en 1970 en la entonces Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Zaragoza, Aragón y Rioja tras ganar las primeras oposiciones que la entidad convocaba para licenciados universitarios. Se incorporó al Servicio de Estudios y fue, sucesivamente, subdirector-interventor y director general adjunto y director general en sustitución de José Joaquín Sancho Dronda, que durante mucho años ocupó la presidencia de la CECA. En 2004, relevó a Manuel Pizarro en la presidencia. Artífice de la expansión de la caja, uno de sus logros ha sido la Expo de Zaragoza. Marcelino Iglesias destaca la colaboración de Ibercaja con los grandes proyectos de Aragón, así como la labor de la obra social y los proyectos de modernización de la nieve, pasión que comparten.

Antonio Vázquez, el actual presidente de Iberia, recuerda cuando coincidieron en el consejo de Altadis, en unos años de retos profundos. Siempre encontró en él "claridad, compromiso, disponibilidad y apoyo en un tono sincero, abierto y cordial", asegura.

Casado y padre de cuatro hijos, le gusta esquiar, sobre todo en Formigal, estación que gestionó en sus comienzos en la caja aragonesa.

Archivado En

_
_