Real Madrid-Valencia: El fondo blanco del dinero
El Real Madrid se gasta dinero en fichajes como si no hubiera mañana mientras que el Valencia CF obliga a su filial a jugar de día para ahorrarse la iluminación artificial. Ese es el abismo económico que separa al segundo y tercer clasificado de la liga española. Este fin de semana los dos equipos con la elástica blanca se verán las caras en el Berbabéu. Un partido en el que, más allá del orgullo, no se juegan nada entre ellos y, en el que sin embargo, a los dos les va mucho en la victoria, ya para seguir echando el aliento al Barcelona, ya para dejar de notar el del Sevilla.
Intentar comparar a Real Madrid y Valencia es complejo hasta por el hecho de que ni son el mismo tipo de sociedades. Mientras que el Real Madrid mantiene su estructura de club de fútbol, el Valencia ya hace tiempo que se convirtió en sociedad anónima. Sin embargo hay algunas coincidencias que no suponen una curiosidad, sino un síntoma de cómo ha funcionado el fútbol español en los años pasados.
Por ejemplo, su afición por las recalificaciones urbanísticas. El Real Madrid la hizo hace ya tanto tiempo que sobre aquella vetusta ciudad deportiva se levantan hoy cuatro rascacielos, imagen del nuevo skyline de la capital. Todo un negocio que el Valencia intentó replicar en varias ocasiones, con éxito desigual. Una de ellas fue la compra casi en secreto una extensión de naranjos que, después, fue recalificada en suelo urbanizable por la Generalitat Valenciana en una operación que el máximo accionista por aquel entonces, Juan Soler, calificó sin rubor como "un pelotazo". Logró 50 millones, de los que no hay ya rastro, gastados alegremente en los años en los que parecía que no había límite para el ladrillo.
La segunda, el futuro aprovechamiento urbanístico del suelo que ocupa el actual Mestalla, prácticamente se ha convertido en una pesadilla. El nuevo estadio está paralizado por impago a las constructoras y las parcelas del actual estadio de la Avenida de Suecia, por las que el Valencia esperaba ingresar 300 millones están por vender. El día que se vendan, seguro que es por mucho menos y todo el dinero irá destinado a levantar la hipoteca que pesa sobre el campo.
Con una deuda de 550 millones de euros, el Valencia tiene un grave problema económico si no logra hacer caja. De momento, este año, no logrará suficientes ingresos para cuadrar el presupuesto de 138 millones de euros. Además, su eliminación de la Copa del Rey y de la Europa League, esta última frente al Atlético de Madrid, tampoco ha ayudado a mejorar la tesorería. De hecho, el club está sometido a un plan de ahorro obligado por sus acreedores, en especial Bancaja.
Y en ese punto vuelven a encontrarse el Valencia y el Real Madrid. Los valencianistas necesitan "vender activos líquidos", una frase en el plan de viabilidad que traducida al lenguaje del aficionado significa vender a sus estrellas. O al menos, a una de ellas. Silva y Villa son los jugadores franquicia del club. En los últimos días han vuelto los rumores que apuntan a una oferta del club de Florentino Pérez por Silva. Es un tema de precio. El Real Madrid ha empezado por unos 25 millones, el Valencia no aceptará menos de 35 millones. Un asunto que dará que hablar y que tendrá una amplia repercusión en la prensa deportiva.
Ese es el problema del Valencia. Que para mantenerse entre los grandes -si acaba tercero volverá a jugar la Champions el año que viene, lo que supone un buen pellizco económico- tiene que tener buenos jugadores. Pero valen un dinero del que no dispone. El del Real Madrid, el problema es que, pese a gastarse 250 millones en los fichajes estrella de este verano pasado y los que vengan en el verano que llega, ha cerrado una temporada decepcionante, eliminado de la Champions el año que se juega en el Bernabéu la final, de la Copa del Rey y segundo en la liga, con un Barcelona que agota calificativos por la calidad de su juego.
La ventaja de los de Chamartín es que, pese a tener también una elevada deuda, 683 millones a finales del pasado ejercicio, su capacidad para generar ingresos es una garantía para los bancos. No en vano, el Real Madrid es el club que más factura en todo el mundo. De hecho, es la única entidad que supera los 400 millones de ingresos. Florentino Pérez puede seguir persiguiendo su proyecto de tener a los jugadores más envidiados, los que aspiran a ser los más rentables tanto deportiva como mediáticamente.
Panoramas económicos distintos, pero, como decía Helenio Herrera, fútbol es fútbol. De esa máxima de Perogrullo, no se escapa ni el rico ni el pobre. Así, tanto en Mestalla como en Chamartín se cuestiona a los entrenadores, Emery y Pellegrini. Problemas en el vestuario ahora que, también en las dos casas, se han solventado los problemas sociales que, durante meses, emborronaron las dos entidades. En Valencia, con el esperpéntico desembarco en el capital de una oscura sociedad con sede en Uruguay que prometía el oro y el moro. En Madrid, con el triste episodio de una asamblea muy alejada de los cánones de la democracia que debe imperar en un club de fútbol. Tanto Manuel Llorente, presidente del Valencia CF, como Florentino Pérez, del Real Madrid, han conseguido que, de momento sólo se hable de fútbol en sus palcos. Por cierto, ¿quieren otra coincidencia? Hubo una persona que intentó, sin éxito, ser presidente de los dos clubes en menos de un año. Quede la respuesta como ejercicio de memoria, fácil, hasta que llegue el partido.