Un crucero sobre raíles para conocer otra España
El Expreso de La Robla permite disfrutar descubriendo la cultura, los paisajes y la gastronomía de la cordillera cantábrico-leonesa
El Expreso de La Robla calienta motores. La nueva criatura de FEVE (Ferrocarriles Españoles de Vía Estrecha, dependiente de Fomento), que durante este mes se ha presentado en sociedad a la prensa y touroperadores, echará a andar en mayo hasta noviembre. Y por el momento lo tiene todo reservado hasta mediados de junio.
Inspirado en los trenes de lujo decimonónicos, y emparentado con el Transcantábrico, su lujoso primo del Norte, el convoy de FEVE es en sí mismo un espacio agradable y cálido, la válvula de escape perfecta para todo aquél que quiera huir del estrés para instalarse unos días en la tranquilidad, al amparo del apaciguador traqueteo del tren y de la inmensidad de los escenarios que recorre.
Desde sus cómodos salones con acabados de madera hasta la barra de bar, pasando por los vagones comedor, todo invita a recrearse con la vista de los paisajes por los que discurre a una velocidad, por cierto, muy razonable (60 km/h de media). Contemplar el pantano de Arija con la última luz de la tarde desde uno de los sofás del tren saboreando un vino no tiene precio. Como tampoco lo tiene degustar un desayuno a la carta atravesando los verdes valles vizcaínos poblados de vacas y aldeas de piedra.
Contemplar el pantano de Arija desde uno de los sofás del tren saboreando un vino no tiene precio
Es precisamente el escenario que baña las vías el que le otorga al viaje su verdadero atractivo. El Expreso de La Robla hace el recorrido Bilbao-León-Bilbao en cuatro días, parando, eso sí, en varios puntos. El tren recibe su nombre del ferrocarril de La Robla, municipio minero situado a 25 kilómetros de León y construido en el siglo XIX para unir la localidad con la capital vasca. Es decir, el carbón con las acerías. Según José Antonio Rodríguez, director de Trenes Turísticos de FEVE, hizo falta una inversión de tres millones de euros para transformar los nueve vagones más locomotora que componen el convoy, en su mayoría piezas obsoletas de los años sesenta, en la combinación de clasicismo y modernidad que caracterizan al Expreso. Y el resultado es bueno: los compartimentos cuentan con baño completo, hay Wifi en todo el tren y un buen servicio de aclimatación de temperatura.
En cuanto al recorrido, el Expreso atraviesa una parte significativa del norte de España, aledaña a la cordillera cantábrico- leonesa. Recorre tierras cántabras, castellanoleonesas y vizcaínas. Sólo con mirar por los amplios ventanales del tren, mediante las visitas guiadas en el autocar (que sigue, de hecho, al convoy durante todo el recorrido) o simplemente al llegar a los restaurantes en los que comerá y cenará, el viajero disfrutará de una gran diversidad de parajes de interés.
Desde el burgalés valle de Mena, hasta las impresionantes formas de estalactitas y demás rocas compartimentadas a lo largo de la inmensa bóveda de 100.000 m3 de la cueva de Valdeajo, pasando por las privilegiadas vistas del pantano del Porma, con los Picos de Europa detrás, y del que sobresale, cuando no está lleno, el campanario de la iglesia de uno de los nueve pueblos que quedaron sepultados bajo el agua para construirlo. Ríos trucheros, torres, alcazabas y castillos son otras de las sorpresas que siembran el recorrido preparado para los pasajeros.
"El Expreso de La Robla busca un segmento medio de cliente, al que le gusten los viajes en tren pero no pueda permitirse los precios del Transcantábrico o disponga sólo de cuatro días", apunta Rodríguez. Efectivamente, los precios de salida del nuevo tren turístico de Feve son 690 euros por persona en compartimento doble u 850 en el individual. Se incluyen ahí los restaurantes para los cuatro días (en el tren sólo se desayuna) y el transporte en autocar a las visitas programadas. Sigue siendo más económico que el Transcantábrico, cuyas tarifas oscilan entre los 2.600 euros por persona de la suite doble a los 6.000 de la Privilege. Para un recorrido, eso sí, que dura ocho días.
Atención personalizada
El lujo por el lujo, pues, no es el atractivo en torno al que el Expreso de La Robla pretende que pivote su clientela. "En el tren primamos la calidad y la atención personalizada para que la estancia sea lo más agradable posible", cuenta Juan José Peláez, jefe de expedición del tren (el equivalente del capitán de barco). "El Expreso se apoya en el atractivo cultural, gastronómico y paisajístico de la zona que atraviesa", sentencia. Con ese gancho pretenden que el nuevo tren turístico de Feve alcance este año los 1.500 pasajeros. Y, al margen del éxito que pueda llegar a tener, sólo el acierto con que se ha cuidado la variada y abundante oferta gastronómica justificaría que consigan dicha cifra.
Aunque no se ha estimado el impacto económico que pueda tener el Expreso en la zona que abarca, lo cierto es que varios de los restaurantes no abrirían de no contar con los visitantes que aporta el tren semanalmente. Con todo, y salvando las distancias por tratarse de recorridos y perfiles muy diferentes, según Rodríguez, el Transcantábrico genera un movimiento de unos tres millones de euros más allá de las vías. "Somos imprescindibles para las familias de la zona", señala Ángel Villalba, presidente de FEVE, que también destaca que el Expreso de La Robla "crea economía" en una región en la que de otra manera el tránsito de turistas no sería demasiado alto.
Desde el punto de vista empresarial, sin embargo, la partida de trenes turísticos es de las que menos facturación aportan a FEVE (un 15%, es decir, cuatro millones de euros), que vive sobre todo del transporte de mercancías y de pasajeros. En este sentido, Rodríguez considera que los trenes turísticos se deben autofinanciar, no dar beneficios: "Son un mecanismo para generar turismo".
Modelo exportable
"FEVE es un referente mundial en los trenes de lujo. Ahora mismo tiene firmados contratos de asesoramiento en Asia, África y Suramérica", subraya Rodríguez. Y también contratos de construcción. Uno de ellos, el ecuatoriano tren de La Mitad del Mundo está a punto de ver la luz. Como lo harán próximamente sendos convoyes en Sudáfrica e India.
Otro de los proyectos en los que trabaja FEVE es el de lanzar un tren con una locomotora de vapor VA8, la única que funcionaría en el Norte, es decir, en vía radial (en la zona del Mediterráneo el ancho de los raíles es de 1,67 metros), con coches de madera. Falta por ver qué recorrido cubrirá dicho convoy. Y de ello dependería verdaderamente su éxito o fracaso.
Gastronomía a pie de vía
Los que disfrutan en la mesa gozarán el doble su escapada en el Expreso de La Robla. El cochinillo asado, el chorizo y la morcilla no suponen ni un ápice de la variada oferta gastronómica con la que tendrán que lidiar, a veces incluso bajo amenazas del dueño para que los comensales se acaben la perola entera.Sin duda, el restaurante más llamativo de los elegidos por Feve para complementar al Expreso es El Venado. Situado en Valdehuesa (Boñar), el dueño hará que los comensales se sientan como en su casa, sometiéndoles, eso sí, a un menú degustación tan largo como exquisito: picadillo de morcilla y de venado como entrante, sopa de setas y estofado de jabalí para seguir, rabo de toro para continuar, luego venado con guarnición y, para los que aún puedan, unas natillas artesanas. Como detalle, se entrega un caramelo a la entrada que el cliente debe devolver si no se lo come todo. Los pocos que logran salir trofeo en mano es gracias a la indulgencia del posadero.Otra de las sorpresas que se llevarán los viajeros, ya de vuelta en Vizcaya, es la olla ferroviaria que les servirán tras la visita a la Fábrica de Boinas de Balmaseda. No deja de ser un guiso de alubias con chorizo, morcilla, tocino y costillas. Lo curioso es su preparación: las ollas se depositan sobre una base metálica con patas en la que se introducen brasas, originalmente del carbón de los trenes (de ahí el nombre del plato), para aguantar las más de cuatro horas de cocción que requiere. Tras dicho lapso, y teniendo en cuenta los ingredientes, el caldo resultante casi se puede tomar con cuchillo y tenedor. Eso sí: el sabor tiene una agradable nota a madera quemada.
Itinerario
Hay entre dos y cuatro salidas mensuales programadas hasta noviembre (consultar la web www.elexpresodelarobla.com). Todas comienzan un jueves y acaban un domingo en Bilbao. Este es un resumen de las paradas y visitas contempladas.Jueves. Bilbao-Sotoscueva-Vado-Cervera. Visita al complejo kárstico de Ojo Guareña (Sotoscueva).Viernes. Valdo-Cervera - Cistierna - Boñar - León. Museo de la Minería y la Siderurgia de Sabero. Museo de la Fauna Salvaje, en Boñar, y recorrido por las impresionantes panorámicas que ofrece el pantano del Porma. Visita guiada por la ciudad de León.Sábado. León - Matallana - Mataporquera - Espinosa. Visita a las hoces de Vegacervera y a las cuevas de Valporquero. Visita a Aguilar de Campoo.Domingo. Espinosa - Balmaseda - Bilbao. Visita al alcázar de Medina de Pomar. Visita a la fábrica de boinas de Balmaseda.. Castillo de la Torre de Loizaga, en Galdames, que alberga la mayor colección del mundo de Rolls Royce. Retorno a la estación de Bilbao y fin del viaje.