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Ambicioso plan de seis años

Más inversión extranjera para impulsar Marruecos

Rabat prevé reunir 1.100 millones para parques industriales

Queremos que Marruecos se convierta en una zona estratégica para Europa, África y América". El Gobierno marroquí se propone revolucionar su industria mediante la instalación de parques industriales integrados en la costa Atlántica y Mediterránea. Para conseguir este objetivo ha diseñado un ambicioso plan de seis años (2009-2015) en plena crisis económica que se concentra en la atracción de inversión extranjera para impulsar seis sectores específicos: offshoring, automoción, aeronáutica, electrónica, textil y cuero, y agroalimentario. Un propósito público y privado de 12.400 millones de dirhams (1.100 millones de euros) que prevé la creación de 220.000 empleos. De éstos, 5.500 millones de dirhams (492,5 millones de euros) se desembolsarán entre 2009 y 2012.

La necesidad de Marruecos de abrirse al mundo, de su intento de occidentalizarse, no sólo se sustenta en demostrar sus ventajas competitivas para hacer negocios, sino también en reducir el alto déficit comercial, que se situó en el 10,4% en 2009, y el paro urbano, que representó en dicho año el 9% de los 11 millones de población activa, el dato más bajo en 10 años. Ante esta situación, y en el marco del Pacto para la Emergencia Industrial, el reino alauí pretende aumentar en los próximos cinco años el PIB industrial en 50.000 millones de dirhams (4.400 millones de euros); las exportaciones en 95.000 millones de dirhams (8.500 millones de euros) y la inversión pública en 50.000 millones de dirhams (4.400 millones de euros).

Después del primer año de ejecución, el Gobierno destaca en un congreso industrial en Casablanca tres logros: la instalación de 40 empresas en la plataforma industrial Casanearshore, a unos 20 minutos de esta ciudad; 14, en Technopolis, en Rabat, y las ayudas para la apertura de la fábrica de Renault en 2012 en Tánger. La actividad de estas empresas se dirige básicamente al mercado europeo (Francia, Alemania, España y países nórdicos) y América (Estados Unidos). "Marruecos ve más al norte que al sur", concreta el ministro de Industria, Comercio y Tecnología, Amhmed Réda Chami.

La bajada de la demanda en los mercados extranjeros por la crisis no amilana el optimismo del Gobierno. En su afán por atraer inversión extranjera con vocación exportadora ofrece ayudas financieras, incentivos fiscales, facilitación de permisos y licencias, infraestructuras y costes de mano de obra barata y cualificada. "No podemos competir con Asia en costes, pero sí en logística, en la entrega rápida de las mercancías; en ubicación geográfica y en capital humano formado y adaptado a las necesidades de las empresas", afirma Réda Chami.

Aunque la Administración pública defiende que no compiten en costes sino en calidad y ubicación, las empresas coinciden en la primera como la principal ventaja. Por ejemplo, la empresa española Edonia World, presente en Marruecos, destaca que uno de los beneficios más importantes que ofrece Marruecos es el bajo coste de la mano de obra: un 73% menor que en España. Asimismo, el de la Seguridad Social supone el 18,7%, frente al 34% español. Además, el coste del kilogramo transportado es un 60% menor que en España, según la empresa. El salario mínimo de un marroquí es de 200 euros, con una tasa de crecimiento en torno al 3% y una inflación alrededor del 2%.

Jesús Banegas, vicepresidente de la CEOE, apunta que el esfuerzo del Gobierno marroquí de adaptar su economía a los desafíos mundiales ha consolidado sus relaciones con la Unión Europea. Y que las buenos lazos con España han convertido a esta última en el segundo inversor. Alrededor de 1.200 empresas españolas están instaladas en Marruecos. La mayor parte son del sector agroalimentario, energético, textil, pesquero y de automoción.

Pese a los avances logrados, Marruecos aún tiene que superar algunos desafíos: modernizar la justicia y garantizar una mayor transparencia legal y de seguridad en los acuerdos firmados.

El coste de mano de obra y las ayudas fiscales atraen a inversores españoles

La empresa española Edonia World ha escogido Kenitra, a 40 kilómetros de la capital marroquí de Rabat, para instalar un parque industrial de 3,5 millones de metros cuadrados, cuya inversión inducida llega a 1.000 millones de euros. La decisión de irse allí se sustenta en el coste de mano de obra y los incentivos fiscales para las empresas instaladas: no pagar el impuesto de sociedades en los primeros cinco años de actividad, exoneración del pago del IVA de las mercancías y de los derechos de aduanas y una ventanilla única. Javier Navarro, responsable comercial del proyecto, añade también la apertura económica y el desarrollo de infraestructuras. Dos tercios del proyecto serán de zonas francas, que exportarán el 85% de su producción, y el tercio restante, una "zona abierta", donde se podrá establecer cualquier tipo de industria. La apertura de las primeras naves se prevé para otoño de 2011 y su terminación, en 2016. La mayor parte de las empresas son japonesas de los sectores de la automoción, químico y agroalimentario.

La cifra

200 euros es el salario mínimo de los trabajadores marroquíes. En el sector de la automoción alcanza apenas 170 euros.

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