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Buen gobierno

Hacia un marco común paneuropeo para pymes

La guía de RSC para empresas no cotizadas es voluntaria.

Las pequeñas y medianas empresas (pymes) tienen problemas o dan muestras de desconocimiento a la hora de aplicar las iniciativas de buen gobierno. Hasta la fecha, estos principios son coto casi exclusivo de las empresas cotizadas, pero la Confederación Europea de Asociaciones de Consejeros (Ecoda), institución donde está presente el Instituto de Consejeros-Administradores (IC-A) de España, ha decidido facilitar este trabajo a las pymes y las empresas familiares mediante una guía que presentó ante el Parlamento Europeo el pasado 24 de marzo.

Esta iniciativa, denominada Guía y principios de gobierno corporativo para empresas no cotizadas en Europa, pretende ser una herramienta práctica y de carácter voluntario tanto para las compañías, como para los accionistas, los consejeros y los directivos. Juan Alvarez-Vijande, presidente de Ecoda y director ejecutivo del IC-A, explica que dicha guía es aplicable a todo tipo y tamaño de empresa no cotizada, independientemente de su desarrollo o composición accionarial, y que contempla distintas fases y opciones en cada caso.

"El buen gobierno ha demostrado en las empresas cotizadas que es un aliado en la mejora de la obtención de los resultados empresariales, en poder acceder a fuentes de financiación empresarial en mejores condiciones y en tener una mejor valoración por parte de los inversores institucionales", señala.

Álvarez-Vijande remarca que ésta es la primera propuesta paneuropea en este sentido que, a su vez, tiene en cuenta los diferentes tipos de empresas que existen en Europa, más los distintos modelos de gobierno y tipos de accionistas. "En definitiva, es un marco común de aplicación para cualquier compañía de cualquier país".

La guía contiene 14 principios que engloban dos fases, una común y otra segunda más enfocada a compañías no cotizadas muy grandes. "Estos principios recogen lo que se debería hacer y cómo aplicarlo mediante un proceso de implementación, dividido en fases, que posibilita alcanzar diferentes niveles. De esta forma, la empresa puede aplicar buen gobierno gradualmente, según su realidad empresarial".

Los principios están estructurados por niveles, donde los hay generales que están desglosados en subprincipios más concretos. "En cada uno de ellos se conduce a la empresa en su proceso de implantación a través de procedimientos específicos. Además, se detalla, de forma sencilla y práctica, como aplicarlos. También se exponen las dificultades más frecuentes que se pueden encontrar en la implantación y cómo solventarlas", añade.

Acerca de su voluntariedad, Álvarez-Vijande cree que esto aporta muchas más ventajas que la legislación. "Lo que sí podría ayudar a su difusión sería que los Estados dieran determinadas ventajas a las empresas que lo apliquen". Y anuncia que el siguiente paso consistirá en "una difusión masiva en distintos países europeos para ponerlo en conocimiento del máximo número posible de empresarios y compañías no cotizadas".

Ventajas de cumplir las buenas normas corporativas

El director ejecutivo del IC-A subraya como una de las ventajas más claras de la aplicación del buen gobierno para las compañías es que "los inversores están dispuestos a pagar un precio más alto en una empresa no cotizada que tenga un buen gobierno corporativo". Asimismo, expone que dichas empresas pueden acceder a financiación externa en mejores condiciones y aumenta para los accionistas el valor de la misma y su participación.En esta línea de ayudar a las pymes en la aplicación de iniciativas de buen gobierno, la Fundación Bertelsmann está impulsando una figura llamada Fundación Cívica, para que dichas empresas puedan concretar sus ambiciones de RSC.

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