Mendiguren y Zarraua sale del concurso en un año y con quitas del 17,5%
El sector de componentes de automoción registra poco a poco buenas noticias, tras el castigo de expedientes de regulación de empleo (ERE) y concursos de acreedores presentados por numerosas empresas de esta industria a cuenta del desplome de las matriculaciones desde 2008, luego paliado en parte por las ayudas públicas a la compra de vehículos. Otro signo positivo de esta coyuntura ha sido el de Mendiguren y Zarraua (MZ), que suma más de cien años de historia fabril en la producción de piezas para automóviles.
La compañía vasca ha conseguido salir en poco más de un año del concurso de acreedores que presentó en febrero de 2009 con un pasivo de 25,6 millones. Ayer anunció que la junta de acreedores se adhirió al 82,4% a la propuesta de un convenio que supone quitas del 17,5% (4,5 millones a dejar de pagar).
Guillermo Alonso, consejero delegado de MZ, ha señalado que el concurso de acreedores fue "una maniobra defensiva" ante la caída de la demanda, que la empresa cuantifica en el 30%, y por el "desequilibrio financiero" por las inversiones en marcha, en tiempos en los que todas las industrias aumentaban su capacidad ante una bonanza económica que no parecía tener fin (desde 1994 hasta 2008). A MZ, la crisis le pilló además en plena operación de compra de una compañía en Portugal y de su implantación en la República Checa.
Alonso ha añadido que Mendiguren y Zarraua está ahora negociando la refinanciación de su deuda a plazos más largos. Además, tiene el objetivo de duplicar en tres años su cifra anual de negocio hasta los 60 millones. En 2009 facturó 35 millones con 330 trabajadores, repartidos por sus fábricas de Euskadi (dos), Portugal y República Checa.
La empresa vasca también ha acometido una "acentuada mejora de los costes operativos", como ha señalado su consejero delegado Guillermo Alonso.
Más referentes en la industria de Euskadi
La crisis llegó a más tarde a Euskadi porque el puntal de su economía es la industria, pero por eso mismo luego golpeó más fuerte. Otros ejemplos recientes de buenas noticias en el sector fabril vasco fueron Inquitex y Gerdau Sidenor. El primero, fabricante de poliéster en Andoain (Guipúzcoa) con 134 trabajadores, también superó en un año su concurso de acreedores, en este caso con un pasivo de 25 millones. Por su parte, el grupo siderúrgico, en manos de los brasileños de Gerdau, invertirá unos 50 millones en sus cuatro plantas vascas. Tras los despidos de 2009, vuelve a contratar trabajadores.