Salgado cumple su primer año al frente del área económica del Gobierno
La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Economía y Hacienda, Elena Salgado, cumplirá mañana un año al frente de la cartera de Economía en medio de una de las crisis más graves que ha azotado a la economía española a lo largo de su historia.
Salgado sustituyó en el cargo a Pedro Solbes, que ocupó la vicepresidencia económica en la primera Legislatura de Zapatero y que salió del Ejecutivo en marzo de 2009 tras ser considerado uno de los ministros más desgastados por la crisis.
De hecho, Salgado se hizo con el timón económico tras el primer trimestre de 2009, que se convirtió en uno de los periodos más duros del ajuste al anotarse la mayor caída intertrimestral del PIB (-1,6%) y en el que el número total de desempleados superó por primera vez la barrera de los cuatro millones de personas.
También al final de dicho trimestre, los precios entraron en negativo tras meses al alza y los organismos e instituciones económicas comenzaron a empeorar casi con cadencia mensual sus previsiones económicas para España.
Justo en ese momento, Salgado asumió el reto de sacar a España de una profunda recesión, reducir la creciente tasa de paro y solucionar algunos 'asuntos pendientes' del anterior vicepresidente económico, como la reforma del sistema de financiación autonómica.
De hecho, la financiación autonómica fue uno de los primeros temas que quiso cerrar la 'número tres' del Ejecutivo quien, sin embargo, tuvo que asumir nuevos retos, como la tarea de reducir un déficit superior al 11% y cumplir con el mandato de Bruselas de situarlo en el 3% en 2013.
La reducción del saldo de las cuentas públicas se ha convertido ahora en uno de los principales objetivos de un Gobierno que, además, se ha comprometido a cambiar el modelo de crecimiento, reformar el mercado de trabajo desde el diálogo social y a alcanzar un acuerdo para modificar el sistema de pensiones en el Pacto de Toledo.
Son muchas las críticas que le han llovido a la vicepresidenta económica por las propuestas que se han planteado desde el Ministerio de Economía en este sentido y que contemplan, entre otros aspectos, la posibilidad de ampliar el periodo de cálculo de las pensiones o el uso del contrato para el fomento del empleo, con una indemnización inferior a la habitual.
La búsqueda de un gran acuerdo con los grupos políticos para afrontar la crisis de manera conjunta y enviar así un mensaje de confianza a los ciudadanos se ha convertido en otro de los retos de la ministra, que sigue sin conseguir un 'acuerdo de Zurbano' y sin encontrar el apoyo del PP y de algunos grupos minoritarios, a pesar de haber cedido a las peticiones de muchos de ellos.
De hecho, la semana pasada, Salgado quiso escenificar el pacto con todos los grupos en el Palacio de Zurbano, donde se han desarrollado muchos de los encuentros y reuniones, pero finalmente tuvo que cambiar las fechas ante las críticas generalizadas y el plantón de los grupos.
La guerra del IVA
Más allá de proyectar una imagen de unidad política, la subida del IVA programada para julio reveló la controversia existente entre el Gobierno y la oposición, que rechazó en bloque el incremento de dos puntos del tipo general y de uno del reducido ante la aún incipiente recuperación.
Mientras el Gobierno defendía la subida del impuesto para equilibrar las maltrechas cuentas públicas, el PP advertía de que la medida supondría un lastre para apuntalar la salida a la recesión. Así, el Senado aprobó sendas mociones del PP y del BNG para instar al Gobierno a desistir de subir el IVA.
Tareas pendientes
Lo que la ministra sí ha conseguido es contar con unos datos económicos ligeramente más alentadores que los que manejaba su antecesor, ya que el PIB prácticamente dejó de caer en el cuarto trimestre de 2009 y el futuro se plantea con más claridad que hace unos meses al apuntar a una economía que previsiblemente habrá abandonado la recesión a comienzos de este mismo año.
Aún así, queda por delante la difícil tarea de frenar el incremento de una tasa de paro que sigue al alza, contener el disparado déficit y poner en marcha todas las reformas económicas que necesita el país para poder crecer de una forma más sostenida en el futuro.