"El tebeo ya aborda la política sin camuflajes"
Llevar una enfermedad al papel es complicado, pero Paco Roca (Valencia, 1969) lo hizo. Su trabajo Arrugas (Astiberri), que ganó el Premio Nacional de Cómic, describe cómo vive el alzhéimer Emilio, un ejecutivo de banca jubilado. Roca repasa la manera en que el noveno arte asimila la actualidad.
¿Cuáles han sido los temas tradicionales del cómic?
Hasta hace unos 10 años, los cómics trataban principalmente de aventuras, ciencia ficción, etcétera. El tebeo nació de las entregas periódicas. La llamada novela gráfica es un trabajo autoconclusivo que, por su mayor extensión, permite contar otro tipo de cosas.
¿Son la política y la economía elementos nuevos en el género?
No estoy seguro sobre la economía. La política sí ha estado presente en el pasado, aunque camuflada. Detrás de los relatos de Tintin hay cuestiones políticas como el colonialismo. Los trabajos actuales, como las obras de Joe Sacco sobre Palestina o la guerra de Yugoslavia, abordan los conflictos directamente.
¿Qué particularidades tiene el tebeo como herramienta para llevar a cabo en sus páginas una crítica social?
El único filtro de un cómic es el editor y eso da mucha libertad. Además, el género permite combinar lenguajes para explicar cuestiones complicadas. El tebeo aún tiene muchos caminos sin explorar. El ensayo es un campo casi virgen a pesar de que el soporte es muy didáctico.
La prensa española incluye viñetas políticas y económicas todos los días. ¿Por qué cuesta tanto dar el salto al cómic?
El gran público español aún piensa que el tebeo es un género infantil o menor. En Francia ese prejuicio no existe. Todavía hay que ganar lectores. Afortunadamente, lugares como la Fnac o La Casa del Libro reservan cada vez dan más espacio a los cómics y la prensa hace más reseñas.