Ofrecer productos en lugar de destinos
La región cambia de estrategia para que naturaleza, aventura, patrimonio y salud sean los ejes del sector
Diversificar la oferta turística e integrarla en paquetes de productos, en lugar de apostar por los destinos de manera aislada, es la baza que pretende jugar Extremadura para potenciar el sector turístico y convertirlo en uno de los motores de la economía regional. Tras una primera fase donde se primó la creación de infraestructuras hosteleras en zonas donde no existían alojamientos adecuados para aprovechar el tirón del turismo de interior, el objetivo ahora es generar productos que atraigan a turistas con muy diversas expectativas.
A favor de Extremadura juegan factores como unos espacios naturales perfectamente conservados (un tercio de los 42.000 kilómetros cuadrados de superficie extremeña está protegida), el mantenimiento de las tradiciones, un patrimonio cultural único que abarca todas las épocas, desde el Neolítico hasta el Medioevo, la existencia de una red de balnearios que supone el 10% de la oferta termal española y las posibilidades que ofrecen factores como ser la segunda región europea con más costa dulce.
La intención es agrupar las iniciativas de empresas turísticas que cuentan con paquetes orientados hacia un perfil concreto para consolidar una gran central de reservas de alojamientos y actividades donde todas las demandas tengan respuesta coordinada. Simultáneamente a la generación de sinergias en la oferta privada, la Administración ha puesto en marcha un plan para agrupar sus iniciativas con el fin de que aspectos como el deporte, la salud, la caza y la naturaleza dependan de un solo departamento. A la vez, ambas acciones, la pública y la privada, se interconectarán y articularán en una marca única, Destino Extremadura, como garantía de calidad que sea el sello con el que se promocione en el exterior este sector.
Desde el punto de vista estratégico, estas actuaciones supondrían, de cara al exterior, un atractivo único, y de cara al interior, la posibilidad de generar alternativas de desarrollo en las zonas rurales. La idea central es construir un abanico amplio de productos. Así, la naturaleza sería el punto de partida para generar actividades concretas y vinculadas en turismo de aventura, ornitología, caza, pesca o deporte. El patrimonio cultural soportaría a su vez esta oferta y la vincularía al turismo de congresos, la gastronomía, el turismo idiomático, las rutas (Vía de la Plata, Templarios, Vías Verdes, entre otras) o las tradiciones.
Para ello se han mejorado las infraestructuras (aeropuerto de Cáceres, helipuertos, aeródromos en puntos clave, AVE, autovías, operaciones de compañías de bajo coste ) y se ha hecho un esfuerzo en formación de personal. La iniciativa privada también aprovecha este potencial. Así, han surgido proyectos como Isla de Valdecañas, ubicado en el embalse del mismo nombre, donde se están invirtiendo 200 millones de euros en un complejo con hotel, villas, playa, puerto deportivo y centro de hidroterapia; Puravera, en la comarca de La Vera, abarca un plan integral que va desde la asesoría a proyectos de ecoturismo hasta promoción de alojamientos o diseño de actividades, y Ruralplan se ha transformado en agencia mayorista.
Oferta variada. Una industria en plena transformación
Patrimonio: Extremadura cuenta con 164 fortificaciones y castillos, un cuarto de los cuales está en rehabilitación.Gastronomía: productos de calidad, como quesos, jamones y vinos, y garantía de trazabilidad, son las principales cartas de la hostelería local.Aventura: parapente, navegación a vela, rutas a caballo o descensos en kayak forman parte de la oferta para los amantes del deporte.