El coste cero de Elena Salgado

La vicepresidenta segunda y ministra de Hacienda ha puesto bajo siete llaves la caja de caudales públicos desde que los mercados financieros pusieron, en febrero, las finanzas de España bajo vigilancia, y aprobó un ambicioso programa de recorte del gasto. Elena Salgado no tiene intención de permitir ni una sola desviación en las partidas de gasto, e impone como único criterio en toda negociación en la que se ventilen fondos públicos, que tenga coste cero. Parecida política a la que practicaba Pedro Solbes en los noventa.

Así lo ha hecho saber a sindicatos y patronal en la negociación para buscar soluciones a la crisis, o a Fomento, que busca fórmulas para compensar, como recogen los contratos, el defecto de ingresos que en las concesionarias de autopistas ha generado la caída de tráficos.