A la espera de mayores volúmenes de negocio

Desde los mínimos de febrero los mercados occidentales han girado al alza, lo que ha llevado a sus principales índices, con excepciones puntuales como el Ibex, a alcanzar máximos anuales. Esta reacción de las Bolsas se ha producido a pesar de que todavía siguen existiendo algunos importantes focos de incertidumbre, especialmente el que hace referencia a la crisis griega y al posible rescate de esta nación, como consecuencia de su elevado endeudamiento y de su, por ahora, incapacidad para reducir su déficit público. Otros países periféricos europeos, como España, también se han visto salpicados por el problema griego, lo que ha lastrado el comportamiento de sus mercados de valores, que se han mostrado incapaces de seguir la estela de las principales plazas europeas y de Wall Street.

Es por tanto meritorio, teniendo en cuenta el enquistamiento en el que ha caído la crisis griega, que las Bolsas se muestren a estas alturas del ejercicio en predisposición de romper definitivamente al alza. En ello han tenido mucho que ver los positivos resultados trimestrales de las compañías cotizadas; los síntomas de recuperación que muestran algunas de las principales economías mundiales y, especialmente, su mercado laboral; y los continuos mensajes por parte de los bancos centrales de que mantendrán los tipos de interés a los niveles actuales de mínimos históricos durante un largo periodo de tiempo, al menos hasta que se consolide la recuperación económica. Además, estas alzas han ido acompañadas de una caída de la volatilidad, síntoma de que la aversión al riesgo está disminuyendo. Sólo echamos en falta un detalle: que aumenten los volúmenes de contratación. Cuando ello ocurra podremos afirmar que las Bolsas han recuperado la tendencia alcista.

J. J. Fernández-Figares es director de análisis de Link Sercurities