El fondo para la promoción del desarrollo supera su primer trámite parlamentario
Máximo control sobre los créditos blandos concedidos a los países pobres y gestión exclusiva de los mismos por parte del Ministerio de Asuntos Exteriores. Esto es lo que pidieron ayer al Gobierno los diferentes grupos de la oposición durante el debate de totalidad del proyecto de ley de promoción al desarrollo celebrado en el Congreso.
La enmienda a la totalidad de este proyecto de ley, defendida por Esquerra Republicana de Cataluña (ERC), fue rechazada con los votos de todo el resto del arco parlamentario. Sin embargo, sí hubo unanimidad en los partidos al exigir al Gobierno dos cosas: el máximo control sobre la concesión de los créditos del Fondo de Ayuda al Desarrollo (FAD) y el traspaso de todas las competencias sobre los mismos al Ministerio de Economía.
El portavoz de CiU, Carles Campuzano, defendió que es Exteriores y no Economía el departamento que debe representar a España en todos los organismos internacionales donde se gestiona de alguna forma la ayuda a los países más pobres, entre ellos el Banco Mundial, para conseguir que los criterios que prevalezcan no sean macroeconómicos. En ello coincidieron también ERC, el PNV y el propio Partido Popular.
"Máxima transparencia"
El portavoz de esta última formación política, Gonzalo Robles, recordó que la ayuda oficial al desarrollo consumirá este año alrededor de 5.000 millones de euros y que los créditos FAD supondrán cerca de 1.350 millones. El diputado comparó estas cifras con la recaudación que el Gobierno prevé con la próxima subida del IVA y pidió, en este contexto, "la máxima transparencia y rendición de cuentas al Parlamento" sobre la cooperación con los países pobres.
"Este es un momento en el que hay cuatro millones y medio de parados y en el que la crisis está golpeando con dureza a muchas familias, por tanto es exigible una gestión extremadamente rigurosa de estos fondos", mantuvo el diputado.