_
_
_
_
Los intereses contrapuestos retrasan la solución

El reparto del móvil encalla por la búsqueda de consenso del Gobierno

El Gobierno quiere consenso y una resolución jurídicamente intachable. Y eso lleva tiempo; mucho más del que se preveía. El Ministerio de Industria contaba con tener resuelto en enero el que se ha convertido en el tema clave para las telecomunicaciones en estos momentos: la reasignación y el reparto de frecuencias de móvil. Ahora, el sector se conforma con que esté antes del verano.

El reparto del móvil encalla por la búsqueda de consenso del Gobierno
El reparto del móvil encalla por la búsqueda de consenso del Gobierno

El problema que está encima de la mesa del Ministerio de Industria no es exclusivo del territorio nacional. Media Europa está lidiando con lo mismo y nadie ha encontrado aún una solución que termine con la polémica. Se trata de la reasignación y reparto de las frecuencias de telefonía móvil en una doble vertiente: por un lado, la recalificación del espectro de 900 megahercios para que pueda usarse para banda ancha móvil; por otro, la distribución entre las operadoras del dividendo digital, las frecuencias que dejarán libres las televisiones tras el apagón analógico y que se dedicarán a telefonía móvil.

Con cuatro operadoras celulares con red, las compañías de cable, que también quieren entrar en el reparto, y un espectro que no da para todos, el Gobierno dejó primero la solución en manos de las empresas. Eso fue en verano, pero no hubo acuerdo. El Gobierno optó entonces tomar las riendas y resolver en solitario. Tampoco hubo avances, así que volvió a lanzar un mensaje de consenso. En Navidades todo estaba listo para el anuncio oficial. El Ministerio de Industria prometió hacer pública su solución el 14 de enero. Hoy es 16 de marzo y todo sigue en suspenso.

"Ha habido un parón en el proceso", explica una fuente del sector. "Industria no quiere imponer una solución, sino buscar el máximo consenso posible. Quiere una resolución que sea impecable jurídicamente, que esté blindada frente a denuncias y que no pueda ser cuestionada por la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones o el Consejo de Estado", corrobora otra fuente.

En teoría, hay dos bandos enfrentados. Telefónica y Vodafone serían el primero, porque son las que más frecuencias tienen en 900 Mhz. æpermil;ste es el espectro que todos quieren, porque es el de más calidad. Orange, que sólo tiene 6 Mhz, quiere cuatro más. Yoigo no tiene nada y busca 5 Mhz. Pero ¿qué justificación tienen para pedir algo que no es suyo? La respuesta está en el llamado refarming, la recalificación de la banda de 900 Mhz para que se pueda dar banda ancha móvil, porque ahora sólo sirve para voz.

Si el Gobierno permite este cambio, supondrá una mejora de la concesión. Y hay una directiva europea que dice que eso puede hacerse, pero respetando el equilibrio competitivo. Desde el Ejecutivo se considera que la forma de mantenerlo es repartiendo el espectro entre más.

Pese a los dos bandos, el conflicto fundamental se da entre Telefónica y Yoigo. Estas dos compañías son las que están frenando la resolución, según las mismas fuentes. La primera, porque es la que más espectro tiene -16,5 Mhz- y la que más puede perder en el reparto. Tiene a su favor el arma de inversiones millonarias y mucha capacidad de presión. Al otro lado está Yoigo, en una lucha sin cuartel por conseguir las frecuencias que no tiene. Su baza, la denuncia en Bruselas.

A ninguna de las dos, además, les gusta la idea de un concurso en el que se puje por las frecuencias, así que el Gobierno está intentando buscar una solución consensuada por la vía de marcar un tope de espectro que pueda tener cada operadora. Algunas compañías confían en una solución antes del verano. Otras lo consideran un logro casi imposible.

Hacia un tope de espectro por operador

El Ministerio de Industria ha explorado el camino de resolver la reasignación de frecuencias de 900 Mhz y el reparto del dividendo digital en un mismo proceso. De esa forma, se podría compensar a las compañías que se quedaran sin el primer tipo de espectro con el segundo. La decisión no ha dado muchos frutos y varias fuentes del sector presionan para que los procesos se hagan por separado.El argumento principal es que las frecuencias de 900 Mhz pueden usarse ya mismo para dar banda ancha móvil. El dividendo digital tendría que esperar, entre otras cosas porque no hay tecnología ni terminales para explotarlo.Otra petición de algunas operadoras es que el espectro de 900 Mhz se resuelva sin que entren en juego las operadoras de cable. Su argumento es que se trata de un reequilibrio entre las compañías que ya disponen de red celular. Las compañías de cable, añaden, pueden esperar a que se reparta el dividendo digital o alguna otra frecuencia. Por supuesto, las firmas de cable no están de acuerdo.Lo que varias compañías quieren dejar claro es que la situación en estos momentos es de bloqueo en la resolución del conflicto, pero eso no significa que no se esté trabajando. De hecho, se han explorado multitud de opciones, pero cuando se está llegando a una solución, siempre hay alguien que pone trabas, lo que lleva de vuelta al principio.Una de las últimas opciones que se han barajado es la de poner un tope de espectro a cada operadora, que impida a una misma compañía acaparar demasiado. Eso permitiría dar 10 Mhz en la banda de 900 a Telefónica, Vodafone y Orange y 5 Mhz a Yoigo. El resto se completaría con frecuencias del dividendo digital y de bandas más altas.

Claves

-Las frecuencias de la discordia:900 megahercios: con las primeras frecuencias digitales que se concedieron y son de mucha calidad, lo que ahorra costes. Telefónica tiene 16,5 Mhz y Vodafone, 12,5 Mhz. Orange y Yoigo quieren parte como compensación a que se pueda dar banda ancha móvil con ellas.Dividendo digital: es la banda de 800 Mhz y también es de mucha calidad, pero la tecnología para explotarla no está aún disponible.

Archivado En

_
_