América Latina escapa de la crisis con menos daños que nunca
El subcontinente capea las vacas flacas mejor que los países avanzados y crecerá este año alrededor del 4%
Sin quedar indemne, puede decirse que América Latina sale reforzada de la crisis global. Aunque la caída del comercio planetario y de los precios de las materias primas llevaron a que el PIB de la región retrocediese el año pasado casi un 2%, el grueso de sus países disfrutará este año de una recuperación en V (es decir, con un rápido rebote alcista), frente a los temidos esquemas en U o incluso en L que sufren las economías más avanzadas. No es el rendimiento de China, acaparador del milagro económico más persistente de las últimas décadas, pero América Latina sale ya de la peor crisis global desde la Segunda Guerra Mundial y lo hace, por una vez, sin amplificar las recesiones de los países ricos.
Un estudio de la consultora Solchaga Recio concluye que los últimos datos de crecimiento medio (0,8% en el segundo trimestre y 1,8% en el tercero) "apuntan a una rápida recuperación gracias, entre otras razones, a la sólida gestión macroeconómica de la última década en la mayoría de los países de la región". Los síntomas de la recuperación son diversos: desde las fuertes subidas de las bolsas hasta el recorte de las primas de riesgo, pasando por la mejora de la calificación de la deuda soberana de Brasil y Perú. Igualmente, en los últimos meses se observa una estabilización de los tipos de cambio, que llegaron a caer cerca del 30% en la mayoría de los países de la zona en el primer tramo del año pasado.
Déficits bajo control
Entre los grandes de la región, México fue el peor parado en 2009, con una caída del PIB del 6,5%. La integración económica con Estados Unidos y el deterioro del turismo derivado de la gripe A explican unos resultados peores que los de Brasil, Colombia o Perú, que salvaron el año sin caídas. Todos los citados han podido permitirse ingentes inyecciones fiscales y monetarias y afrontar la salida de la crisis con déficits públicos que nunca superan el 4%, una cifra que envidiarían las grandes potencias europeas o EE UU.
Las buenas expectativas para el subcontinente no son exclusivas de la consultora española. La Cepal, agencia de la ONU para América Latina y el Caribe, pronostica un crecimiento aún mayor para este año: el avance del producto interior bruto llegaría hasta el 4,1%, sólo una décima menos que en 2008, y cerca ya de la muy sana velocidad de crucero lograda en los años anteriores a la crisis financiera global. El organismo destaca la robustez de las economías de Brasil, Perú y Uruguay, cuyos crecimientos alcanzarán el umbral del 5% ya este año, en tanto que los países caribeños se llevan, una vez más, la peor parte, con un avance medio del 1,8%.
Pese a recoger la buenas salud general de la región, los analistas de Solchaga Recio destacan que "los países que se venían caracterizando por su escasa ortodoxia afrontan 2010 con peores perspectivas". Así, destaca los "importantes desequilibrios" acumulados durante la última fase expansiva por Venezuela y Argentina, debido al "dirigismo público, la reducida independencia de sus bancos centrales y una política fiscal centrada en impulsar la demanda". Esos dos países, relativamente poco integrados en el comercio mundial, mostraron una mayor resistencia inicial a la crisis pero todavía no la han dejado atrás. Según la consultora, "tienen pendiente una revisión profunda de sus marcos institucionales, que amenazan con postrarlos en un largo estancamiento, cuando no en una recesión profunda.
La intervención del sector público, un colchón frente al deterioro del crédito
La mayoría de los bancos centrales de América Latina, que disfrutan hoy de cotas de independencia desconocidas, reaccionaron a la crisis con políticas monetarias fuertemente expansivas. El caso más claro es el de Chile, donde los tipos de interés cayeron desde el 6,5% hasta el 0,5%, pero también en Perú, Brasil o Colombia siguieron sendas similares. Adicionalmente, en Chile y Brasil adoptaron medidas cuantitativas no convencionales, como la reducción de los coeficientes de caja o los anticipos sobre contratos de exportación. En conjunto, la relajación de las políticas monetarias redujo el impacto de la crisis económica global sobre el comportamiento del crédito. Países como Brasil y Perú son los que han tenido una desaceleración crediticia menos pronunciada: no han llegado a tasas negativas en ningún momento de la crisis, y a finales del año pasado sus préstamos crecían un 7,1% y un 11%, respectivamente. Colombia y Chile sí pasaron por tasas interanuales negativas, aunque han regresado a los números negros. Es en México donde el crédito al consumo sufrió con más intensidad la recesión, con caídas superiores al 20%, si bien ya en noviembre rebotaba en un avance interanual del 13%.En distintos grados, la ausencia de crédito ha golpeado al grueso de las economías regionales de forma mucho menos intensa que a las europeas o a la estadounidense. Estas últimas también aplicaron políticas monetarias expansivas, así que la explicación debe buscarse en otro lugar. Los analistas de Solchaga Recio la sitúan en "el relevo de la banca privada por la pública, que ha incrementado de forma notable su cartera crediticia en 2009". En Brasil, la banca pública incrementó su participación en la cartera crediticia del sistema desde el 34,5% de junio de 2008 hasta el 41% de noviembre de 2009.El informe recoge comportamientos similares en países como Chile y Perú, donde el sector público suplió en buena medida la creciente aversión al riesgo de las entidades financieras privadas. En los países desarrollados, la inexistencia de una banca pública ha limitado tal opción, aunque los Gobiernos de Estados Unidos, Gran Bretaña o Alemania hayan nacionalizado varios bancos para evitar su caída.
Pierde el populismo
Durante 2010 se celebrarán importantes elecciones en Colombia, Brasil y Venezuela, además de las de Chile. En Solchaga Recio apuntan a una consolidación de los partidos de centro izquierda o centro derecha, frente a un populismo al que la crisis no reforzaría.