¿Cuánto cuesta convertir una vivienda en domótica? Entre 1.500 y 3.000 euros
Convertir una casa normal en un hogar domótico, es decir, dotado con las tecnologías más avanzadas en materia de control energético, seguridad y comunicaciones, cuesta entre 1.500 y 3.000 euros, lo que equivale a entre el 1,5 y el 2% del coste de las instalaciones de una vivienda, una cantidad que se amortiza en cuatro años gracias al ahorro energético que permiten estos equipamientos.
Así lo aseguró hoy el presidente de Asimelec, Martín Pérez, al alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, y al secretario de Estado de Telecomunicaciones y para la Sociedad de la Información, Francisco Ros, durante la visita al demostrador de hogar digital instalado en el distrito de Tetuán.
Y es que con las instalaciones que incluye una casa totalmente domótica se puede llegar a ahorrar un 25 por ciento de energía como mínimo, cantidad que puede llegar al 50 por ciento si se suman sistemas de energía geotérmica y solar a la vivienda.
Este montaje, que ocupa 150 metros cuadrados, es el primero de sus características en España y recrea una casa dotada con todos estos sistemas que puede ser visitado por los ciudadanos mediante cita previa (91.535.96.17 o a través de su página web ) durante los próximos cinco años.
Visita a la vivienda
En total, ASIMELEC ha invertido 1,1 millones de euros a través de préstamos del Plan Avanza del Ministerio de Industria en la recreación. Así, el primer encuentro de los ciudadanos con la vivienda es el videoportero, que conecta con un canal de la televisión para poder ver quién llama, así como con el móvil o Internet para contestar la puerta.
Nada más entrar empiezan las aplicaciones de la casa. Así, un simple comando de voz puede encender o apagar las luces, la calefacción o subir las persianas, algo que también se puede hacer por teléfono. Además, mediante unas pantallas recibimos información sobre el consumo energético de la vivienda y la comparativa con el ahorro experimentado a nivel nacional.
Y es que todo el hogar está equipado con fibra óptica, que permite recibir señal de televisión en alta definición (e incluso en 3D en el futuro), banda ancha de Internet y el resto de redes IP en que se integran los diferentes sistemas, que ni siquiera deben ser del mismo fabricante para poder integrarse.
Asimismo, esta tecnología permite instalar modernos sistemas de seguridad como detectores de movimiento, alarmas antiincendios o de hurto, e incluso sistemas de pánico para que los mayores puedan encender la luz o avisar a emergencias con un comando de voz. La cocina cuenta también con un sistema que detecta humo, fugas de gas o pérdidas de agua, que es incluso capaz de detener en el momento.
En cuanto a la iluminación, el sistema puede memorizar diferentes 'modos' para utilizar en diferentes circunstancias (por ejemplo, para ver una película tocar un botón basta para bajar las persianas, reducir las luces y desplegar una pantalla de proyecciones).
Lo mismo ocurre con las temperaturas del agua en el baño (no sale agua hasta que no llega a la temperatura elegida, lo que permite ahorrar) o los tiempos de duración del caudal (que se cortan en función de que nos estemos lavando las manos, los dientes...). Los electrodomésticos inteligentes serán un paso más en este mismo sentido.
En el jardín esperan, entre otras cosas, un prototipo de coche eléctrico, un modelo de estación de energía geotérmica, una caldera de condensación y placas fotovoltaicas como diferentes opciones para sumar a la casa domótica. Además, un elevador para hasta 180 kilos que funciona con un sistema de vacíos y no requiere instalación ni maquinaria propone otra buena solución para personas con movilidad reducida.
Comodidad integrada
Y todo eso es posible gestionarlo desde el teléfono móvil, de forma on-line o desde la llamada 'pasarela residencial', que ofrece información sobre el estado de los diferentes dispositivos e integra todos los comandos de control. Además, se pueden instalar diferentes pantallas con esta funcionalidad por toda la casa, e incluso se pueden accionar por voz.
Además, ni siquiera es necesario tener grandes conocimientos informáticos para poder usar estos equipos, ya que se adaptan a las necesidades y preferencias del usuario y, una vez configurados, son sencillos de utilizar.
Eso sí, el mantenimiento de estos servicios y la necesidad de pasar determinadas inspecciones son aspectos de la nueva era de la vivienda que hay que tener en cuenta, si bien el presidente de ASIMELEC explicó a los responsables políticos que será posible recurrir a la teleasistencia y que ya se están ofreciendo cursos a empresas de servicios y técnicos para la instalación y mantenimiento de estas casas domóticas.
Y junto a esta mayor comodidad y calidad de vida, la instalación de estos equipamientos mejora la seguridad de las viviendas y también ayuda a dinamizar la economía en un sector que aporta sostenibilidad, de gran valor añadido y que "puede ayudar a cambiar el sistema productivo, haciéndolo más competitivo", según Ros.
"Se trata de un proyecto realista, actual y ejecutable. No había visto antes ningún hogar digital tan próximo a la realidad. Y es que hoy las empresas españolas son capaces de desarrollar esta tecnología", destacó el secretario de Estado, haciendo hincapié en la colaboración público-privada en este proyecto.
En vivienda nueva y también antigua
Con esta información y los datos de los precios, Gallardón consideró que es "perfectamente asumible" empezar a introducir tecnologías en esta línea en las nuevas viviendas de protección oficial que realice el Ayuntamiento de Madrid, y señaló asimismo que la Empresa Municipal de Vivienda y Suelo (EMVS) destinará este año más de 9,1 millones de euros a programas y proyectos de innovación residencial y eficiencia energética.
Además, apuntó que el Gobierno municipal está ultimando la nueva Ordenanza Municipal de la Sociedad de la Información, que permitirá impulsar el sector, y aseguró que este tipo de avances no deben quedarse sólo en los edificios de nueva construcción, sino que deben ir incorporándose a los antiguos cuando se reforman.
"El 50% de las instalaciones eléctricas de Madrid son anteriores a 1975. Esto no es un problema, sino una gran oportunidad para el cambio", afirmó el primer edil. "Tenemos que estar muy orgullosos de que estas empresas demuestren que la crisis tiene que ser convertida en una oportunidad, pero dando un paso de gigante en favor de la sociedad del conocimiento, y en eso tenemos que trabajar todos", apostilló.
Para él, es necesario crear un "círculo virtuoso" en el que los ciudadanos reclamen soluciones tecnológicas, las empresas le den respuesta y las administraciones públicas faciliten la normativa y las infraestructuras para avanzar.