Por ello, el Banco Mundial urge la aplicación de sistemas "flexibles" para contratar a personal, sobre todo, orientados a integrar en el mercado laboral a uno de los colectivos más afectados por la crisis, los jóvenes.
"Si se mantienen regulaciones estrictas para los contratos indefinidos, ello puede dar lugar a un sistema dual, como por ejemplo en Francia y en España", ilustra.
Aún así, Francia (67) cuenta con nueve puntos menos que España en el índice de dificultad del supervisor internacional, al igual que Luxemburgo y Rumania, mientras que Alemania e Italia se sitúan en los 33 puntos.
Austria, Dinamarca y Hungría se erigen como los mercados laborales más flexibles y por tanto, con una rigidez nula a la contratación, al no recibir ninguna puntuación. Por su parte, Bélgica, Reino Unido y Polonia ponen pocas trabas a la contratación, con un índice de 11 puntos.
El Banco Mundial calcula la rigidez laboral con arreglo a tres criterios: la prohibición o no de que los contratos temporales se apliquen a trabajos permanentes, al período máximo de duración acumulado de un contrato temporal, y a la ratio entre el salario mínimo para un aprendiz o un primer empleo en relación con el valor añadido medio por trabajador.