Contratos sin dejar las aulas
Dicen los gurús que esta crisis está cambiando a las personas y a las empresas. Lo cierto es que la relación entre ambas ya no es la misma. Donde antes una compañía apremiaba a sus becarios y empleados en prácticas para que culminasen a la mayor brevedad sus estudios y poder incorporarlos de pleno derecho a sus plantillas, ahora ocurre justo lo contrario. Las empresas, con tal de no tener que utilizar fórmulas de contratos más caras, no sólo animan a sus júniors a dejarse alguna asignatura para el curso siguiente, sino que cuando acaban una carrera universitaria o un ciclo de formación profesional es bastante común que les sugieran la posibilidad de comenzar otra especialidad. Y si la actividad de la compañía lo permite, incluso les invitan a estudiar en el extranjero sin dejar de trabajar para ellos.