El consejo de RTVE fuerza a Oliart a depurar responsabilidades tras la auditoría pública
El consejo de administración de RTVE ha obligado al presidente del grupo, Alberto Oliart, a cambiar de discurso sobre las repercusiones de la última auditoría pública realizada a la corporación, correspondiente a 2008.
Si el martes Oliart trató de minimizar las deficiencias detectadas por la Intervención Delegada del Ministerio de Economía, ayer los consejeros del grupo forzaron la puesta en marcha de medidas que permitan corregir las irregularidades y malas prácticas detectadas e identificar las responsabilidades en las que se haya podido incurrir, explicaron en fuentes del consejo.
Según estas fuentes, la sensación en el máximo órgano de administración de RTVE es que en la corporación hay un desorden general de gestión, con una excesiva dejación de funciones a la hora de firmar contratos, facturar o evitar desviaciones de precios, por ejemplo. "Hay una clarísima falta de control en la gestión. No se trata de asuntos graves pero es algo que no podemos aceptar", afirmaron las fuentes consultadas.
Algunos consejeros entienden que durante la época de Luis Fernández y su equipo al frente de la corporación se les ha estado "hurtando" mucha información de cómo se ha ido gestionando el grupo.
Así, recuerdan que algunas de las propuestas que hizo el consejo al hilo de la auditoría de 2007 en materia de nuevas contrataciones de personal no se han cumplido. "Y el auditor vuelve a poner de manifiesto irregularidades en 2008", añaden.
En esta línea, también citan las investigaciones internas que se han puesto en marcha para tratar de aclarar las cifras reales de producción interna al considerar que los datos que manejaban oficialmente no eran los correctos o para depurar responsabilidades por las irregularidades detectadas en el área comercial.
La auditoría pública de RTVE en 2008 denuncia prácticas como un sistema de bonus arbitrario para directivos, dobles escalas salariales o el incumplimiento de las normas internas en contratos.