Los bufetes anglosajones declaran la guerra al estrés
No es ningún secreto que la abogacía en las firmas legales se vive a golpe de estrés. En Estados Unidos, donde se puede encontrar literatura científica sobre casi cualquier tema, las estadísticas señalan que el 80% de los abogados manifiestan síntomas de ansiedad. Nueve de cada diez aseguran que la presión a que están sometidos crece cada año; casi la mitad están descontentos con lo que hacen; y aproximadamente un 40% se pueden calificar como depresivos crónicos. Además, tres de cada diez han tenido problemas con el alcohol y los tranquilizantes.
¿Un panorama exagerado? Denton Wilde Stape, una gran firma de la City con 740 abogados, no lo considera así. Como han hecho en los últimos años algunas firmas estadounidenses, el bufete acaba de anunciar que costeará un programa de terapia antiestrés para todo su personal con el objetivo de reducir el impacto que los problemas de salud tienen en su cuenta de resultados. En declaraciones a The Lawyer, la firma asegura que la medida "no tiene nada que ver con el momento de crisis actual", sino con un hecho constatado: "si no cuidamos a nuestra gente los resultados los pagará la firma y el país".
La lista de enfermedades asociadas al estrés (hipertensión, migrañas crónicas, infartos de miocardio, depresión y ansiedad, entre otros) está empezando a convencer también a las universidades y escuelas de negocio de la necesidad de preparar a los jóvenes abogados para lidiar con el panorama que afrontarán en el mercado laboral. Las facultades de Derecho de Harvard y Berkeley han comenzado a ofrecer cursos especializados para que sus alumnos adquieran herramientas para sobrevivir bajo presión.
Según una encuesta publicada recientemente por Legal Business, el consumo de alcohol en los ambientes legales británicos "es endémico" y el uso de estupefacientes como la cocaína "va en aumento, especialmente en las grandes firmas de la City". En Estados Unidos, el 18% de los abogados abusan del alcohol.
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Cuando la autoexigencia es perjudicial
Además de las maratonianas jornadas de trabajo, la dependencia del cliente, el estrés de las operaciones, la competencia por llegar a socio, la labor comercial, la carrera por los bonus y la presión de trabajar con horas facturables, hay un elemento extra que convierte a los abogados en terreno abonado para el estrés: la tendencia al perfeccionismo. Según los psicólogos, entre los letrados abundan las personalidades con altos niveles de autoxigencia. Al mismo tiempo la naturaleza de su trabajo requiere que sean escépticos y que anticipen posibles problemas. Un cóctel explosivo.