El 'e-book', a la espera de los gigantes
Los proyectos de Google, Telefónica, Apple y las principales editoriales se desvelarán en los próximos meses, y sólo se han lanzado algunas iniciativas en el sector.
Como los protagonistas de una película de Quentin Tarantino, los participantes del mercado del libro electrónico llevan meses mirándose a la espera de que alguien dispare. Y todo hace indicar que se avecina una ensalada de tiros. Tras el anuncio del iPad, Telefónica dará cuenta la próxima semana en el Mobile World Congress de Barcelona de sus planes al respecto, mientras que Google lanzará su servicio de venta de libros en mayo, y para entonces se espera que nazca también un proyecto conjunto de Planeta, Random House y Santillana.
En este panorama, según fuentes de una editorial independiente, la mayoría optan por "contener la respiración y esperar a ver". El 80% de las editoriales, según el informe sobre el libro digital hecho público esta semana, tienen planes para digitalizar sus títulos, pero muchos no saben cómo lo comercializarán.
Después de que se anunciara que el año pasado sería el del despegue de la venta de aparatos lectores, lo cierto es que Matilde Sanz, de Santillana, estima en menos de 100.000 los vendidos en España. Y hay razones objetivas para ello: no hay un formato de ficheros estándar -el 80% de las editoriales declaran que usarán este año PDF, pero el 60% pasarán al ePub en 2011-, no hay un tipo de lector triunfante, y ni siquiera se sabe qué precio tendrán los libros digitalizados.
"Posiblemente, el público español ha sido consciente de que los e-readers a la venta aquí están obsoletos, al carecer de conectividad real que abra la posibilidad de leer la prensa o enviar e-mails", explica Joaquín Sabaté, al frente de la librería virtual Amabook. Mientras los medios generalmente se han hecho eco de las bondades de aparatos como el Kindle de Amazon, por ejemplo, la realidad es que no puede adquirirse en España, lo mismo que los modelos más punteros de Sony o el iPad. La compra de uno de los modelos más fiables entre los actualmente a la venta, como el Papyre o el que promociona la web leqtor.com, supone arriesgarse a que se queden obsoletos si finalmente son otro tipo de ficheros, que no pueden leer, los que se conviertan en estándar.
El tema más espinoso es el del precio, pues a nadie se le esconde que de él dependerá que se extiendan las copias ilegales, de las que ya hay miles en la red. "Si la oferta va a ser la de precios disparatados y con protecciones contra copia por sistemas absurdos, condenaremos al sistema al mismo tipo de castigo que ha sufrido la música", explica el escritor Santiago Eximeno, que publica buena parte de su producción en formatos electrónicos.
Precios similares al papel
Sin embargo, la mayor parte de los libros disponibles hasta ahora se comercializan a precios sólo un 20%-30% inferiores a los del papel, y superiores a los del formato de bolsillo. "Hasta que el libro digital no tenga una cuota de mercado importante, no podemos dar la espalda al canal que permite las ventas del libro en papel", explica Joaquín Sabaté, consciente de que "si el libro electrónico triunfa, habrá elementos de la cadena de valor que tendrán que desaparecer".
Y es que las previsiones de las editoriales son tímidas. Santillana prevé que los libros en formato digital serán entre el 0,5% y el 1% de su facturación este año; José Manuel Segura, de Anaya, no cree que pueda superar el 2% en el plazo de cinco; y los más optimistas son Santos Plazzi, de Planeta, y Patxi Beascoa, de Random House Mondadori, que estiman que podría alcanzar entre el 10% y el 20% para 2015. Con esos datos, obviamente, las editoriales no quieren enfadar a los libreros y dificultar las ventas en papel, su principal negocio por muchos años.
Por ello, el proyecto conjunto de las grandes para crear una web -todavía sin nombre- en primavera es el de que sirva como portal con sus títulos para, desde ahí, facilitar la compra en las páginas de las propias librerías. Sólo un proyecto independiente, el Leer-e de la agente Carmen Balcells, ofrece libros "comerciales" a un precio sensiblemente inferior.
Los autores también tienen algo que decir al respecto. En Gran Bretaña, su asociación ha exigido que, ante la reducción de costes de impresión y distribución, su retribución en concepto de derechos de autor pase del actual 8%-10% al 30%.
La confusión tiene como nota favorable el abrir expectativas para quienes han asistido hasta hoy al mercado editorial como outsiders. Es el caso, por ejemplo, de la librería virtual Cyberdark, con proyectos en todos estos campos "cuando antes no nos dejaron ni darnos de alta en el Gremio de Libreros". O de escritores como Eduardo Vaquerizo, popular en el género de ciencia-ficción pero desconocido fuera: "Cada vez eran menos rentables los libros de un autor con particularidades, o con público reducido. El libro electrónico nos abre la puerta".
Lectores
iPad. Distribuirá libros en iTunes. Hay dudas de que resulte un lector adecuado, debido a que su pantalla no es de tinta electrónica, sino reflectante como la de un PC.Kindle. La librería virtual Amazon ha marcado el paso con este aparato, pero ha tenido que ceder a las presiones editoriales para no abaratar el precio de los libros.Leqtor. Uno de los dispositivos ya a la venta en España, con tinta digital.