La crisis sigue mandando en los precios de consumo
El IPC del mes de enero ofrece claras evidencias de la marcha de la economía española, con dos tendencias muy diferentes en el comportamiento de los precios de consumo. Mientras el índice general continúa con su senda ascendente (se encuentra ya con un alza del 1%), preso del efecto inflacionista del petróleo, la tasa subyacente (la que descuenta los elementos más volátiles como los precios de los carburantes y los alimentos frescos) ha caído, en cambio, dos décimas, hasta el 0,1%. La inflación del sector servicios se ha moderado también hasta niveles del 1,2%.
El comportamiento de la tasa subyacente dice mucho de la evolución de la crisis. Los hogares españoles siguen sin tener claro cuando se producirá la salida de la recesión y mantienen su demanda de consumo a ritmos muy bajos, lo que influye en el precio de los productos. Es posible que en los próximos meses se acentúe esta dualidad. Mientras el índice general mantiene su tendencia al alza, bajo los efectos del petróleo y del alza de impuestos que se nos viene encima (el IVA a partir de junio), la subyacente marcará los síntomas de una economía que quiere salir de la recesión pero que cuenta con anclajes muy débiles, como la debilidad de la demanda interna. Y es que cuatro millones de parados poniendo freno a su consumo pesan mucho.
El Gobierno debe tomar nota de esta evolución porque en el gasto de los hogares y en sus decisiones de consumo reside buena parte del futuro de la economía española. Sin demanda solvente, la salida de la crisis se producirá más tarde de lo que el Ejecutivo viene anunciando.