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Hoy comenzó el juicio

Habitat: Tres accionistas piden al juez que anule su adhesión a la ampliación de capital

Tres de los socios minoritarios de Habitat han solicitado al juez encargado del concurso de acreedores de la inmobiliaria que anule las respectivas suscripciones que realizaron en la ampliación de capital que la empresa lanzó en diciembre de 2006, tras comprar la división inmobiliaria de Ferrovial.

Los tres accionistas que formulan esta petición son la empresa Emesa, de Emilio Cuatrecasas; Barcelonesa de Inversiones, de José Castro, y Marlolán, de Dolores Ortega. Presentaron esta demanda en febrero de 2009 ante el juzgado Mercantil número 3 de Barcelona.

Estos tres demandantes, junto con Isak Andic (dueño de Mango) y la familia Rodés acudieron a dicha ampliación con una aportación de 225 millones de euros.

Según los accionistas minoritarios que realizan, cuando en diciembre de 2006 accedieron a suscribir la ampliación de capital, Habitat presentaba una situación patrimonial saneada, mientras que cuando se formalizó la ampliación, en septiembre del año siguiente, la situación era muy distinta.

De su lado, el presidente de Habitat, Bruno Figueras, defendió hoy ante los letrados de tres de los accionistas minoritarios y el juez su actuación en la captación de accionistas en diciembre de 2006 en el marco de esta ampliación de capital, y explicó que la finalidad de la operación era incrementar su potencial.

Durante el juicio que empezó hoy en la Ciutat de la Justicia de Barcelona, Figueras dejó claro que siempre le ha guiado a lo largo de todos estos años "el ánimo de salvar la compañía", sobre todo a partir de la caída del sector inmobiliario.

Bruno Figueras explicó que cuando quiso adquirir Ferrovial, encargó un informe a la consultora N+1, que estudió la situación y se encargó de buscar nuevos inversores.

Gonzalo Rodés -que no está personado en la causa pero acudió como testigo- explicó hoy que una vez se les presentó el proyecto de ampliación de capital, tuvieron "muy poco tiempo para decidir" y Figueras "se valió de la confianza que existía entre las dos familias". Según las defensas, los cinco inversores firmaron con un margen de sólo 10 días.

Durante el juicio se mostró una carta en la que Emilio Cuatrecasas explicaba a Figueras que ni él ni los otros accionistas minoritarios "habían revisado" los aspectos más técnicos del contrato pero que procedían a firmar "sobre la confianza".

La ampliación no se formalizó hasta septiembre de 2007, cuando la situación de la empresa se había deteriorado, aunque los accionistas minoritarios ya habían aportado garantías bancarias por su participación, por lo que se vieron obligados a suscribirla.

Sin embargo, Figueras replicó que el 30 de julio de 2007, pocos meses antes de la junta para formalizar la ampliación, se publicó un balance donde ya quedaba patente que solo en los primeros dos trimestres de 2007 Habitat perdió unos 84 millones de euros.

Este balance fue enviado por correo electrónico, y no se trató durante la reunión de ampliación de capital. Figueras aseguró hoy que "todo el mundo sabía que los resultados eran malos" y que por eso no creyó necesario llamar por teléfono para comunicarlo.

El resultado fue que, según el abogado de la acusación, en el momento de la junta, en septiembre de 2007, la sociedad estaba técnicamente en causa de disolución y en concurso de acreedores".

Gonzalo Rodés, que fue llamado como testigo por el letrado de Emesa, aseguró que "si hubiera sabido la situación real de la empresa" no hubiera entrado, y criticó que "el ocultar tanta información" haya perjudicado a "mucha gente". Aseguró que no supo la verdadera situación de la empresa hasta octubre, cuando otro accionista se lo comunicó.

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