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Según el BCE

Los españoles tienen más tarjetas pero las usan menos que el resto de la UE

Los españoles tienen más tarjetas de crédito por habitante pero las usan menos que el resto de ciudadanos de la Unión Europea, según datos del Libro Azul de los Medios de Pago del Banco Central Europeo (BCE), recogidos en un estudio reciente publicado por la Fundación Cajas de Ahorro (FUNCAS).

Mientras que en 2006 se efectuaron en nuestro país 23,7 transacciones por tarjeta y 1.205 por terminal (datáfono), las principales economías europeas doblaron o hasta triplicaron estas cifras. Incluso países como Portugal o Eslovenia mantuvieron ese año ratios por encima de las registradas en España. El estudio refleja la paradoja de que los españoles, contrariamente a lo que podría parecer, cuentan con una mayor ratio de tarjetas y de datáfonos por habitante, si bien los utilizan menos que sus vecinos europeos.

Los indicadores extensivos, que miden la implantación de los sistemas de pago electrónicos, favorecen a España que, con una media de 1,24 datáfonos por comerciante, se sitúa por delante de Alemania o Italia, aunque sin alcanzar los niveles de Suecia o Francia. España también es uno de los países con un mayor índice de tarjetas de pago por habitante en Europa (1,61), por delante de Francia, Alemania, Suecia o Italia.

Por el contrario, España sólo destaca en el uso de tarjetas electrónicas frente a países pequeños o recién incorporados a la UE, como Eslovaquia, Polonia, República Checa o Grecia, todos ellos con indicadores por debajo de la media europea. Reino Unido y Finlandia se llevan la palma tanto en la implantación de sistemas de pago electrónicos como en su uso generalizado, liderando de esta forma los índices de la UE-27 en este ámbito.

El estudio destaca que el número total de pagos realizados electrónicamente alcanzó, en 2006, los 233.000 millones de transacciones a escala mundial, de las cuales el 73% correspondieron a países de la eurozona.

Por otra parte, la publicación subraya que los volúmenes de pago electrónicos crecieron a un ritmo sostenido del 10% anual durante el período de 2001 a 2006, incrementándose los ritmos de sustitución del efectivo por tarjetas en todos los países considerados, aunque de forma heterogénea.

El autor del estudio, José Manuel Liñares, concluye que el crecimiento económico de los países se encuentra positivamente relacionado con esta sustitución. El estudio menciona una teoría según la cual un país puede ahorrar un 1% de su PIB cada año al pasar de un sistema totalmente basado en papel a un sistema de pago electrónico, al reducir en dos tercios el coste total de las transacciones.

La escalada de posiciones en la adopción de medios de pago electrónicos en España indica que en este sector habría todavía un fuerte potencial de crecimiento. Dicho potencial es especialmente fuerte en el mercado de dinero electrónico español, porque España cuenta con las infraestructuras -datáfonos, cajeros, etc- para que el pago con tarjeta se extienda en detrimento del dinero en efectivo.

El informe cita un estudio de Rysman de 2007 por el que "el uso de un medio de pago por parte de los consumidores está correlacionado significativamente a la aceptación de los comerciantes", es decir "una adopción limitada por parte del comercio, restringiría el uso por parte de los consumidores".

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