Ericsson cierra su peor año desde 2003 por el recorte de inversión de las 'telecos'
Las operadoras de telecomunicaciones han cerrado el grifo de la inversión por sus problemas económicos y los fabricantes de equipos están pagando las consecuencias. La sueca Ericsson es el mejor ejemplo de ello. El primer fabricante mundial de redes de telefonía móvil presentó ayer sus resultados y su beneficio anual es el más bajo desde 2003, cuando el estallido de la burbuja tecnológica llevó a pérdidas a la empresa.
La caída de las ganancias es del 82% en el cuarto trimestre y del 65% en el año, hasta situarse en 402 millones de euros. Al menos, los ingresos han aguantado mejor, con un descenso del 13% en el cuarto trimestre y del 1% en el acumulado del ejercicio.
Los responsables de este resultado son dos. Por una parte, las operadoras de telefonía, que han recortado drásticamente su inversión en las redes de móvil de segunda generación y no están apostando por las nuevas infraestructuras de banda ancha lo suficiente como para que se compense el balance final. A eso se ha unido la dura competencia de rivales como la china Huawei, que ha provocado una guerra de precios entre los suministradores.
Más despidos
Para afrontar esta situación, Ericsson se ha centrado en el recorte de costes, empezando por los laborales. En los resultados del cuarto trimestre, la compañía ha asumido un cargo de unos 420 millones de euros para despidos y quedan dos trimestres más de recortes, que serán superiores a los previstos. Ericsson ha elevado a 6.500 los despidos, frente a los 5.000 programados.