La banca negocia con inversores extranjeros la venta de sus inmuebles
La losa de la cartera inmobiliaria asfixia a la banca, especialmente a las cajas de ahorros. Una de las alternativas que han puesto en marcha las entidades es contactar con inversores institucionales de otros países para deshacerse de suelo, pisos y promociones. BBVA, La Caixa o Caixa Catalunya han mantenido conversaciones en este sentido.
La banca española se ha convertido en la primera agencia inmobiliaria del país. Mes a mes, acumulan pisos, promociones o urbanizaciones enteras, de clientes (particulares o constructoras) que no pueden atender sus pagos.
Después de resucitar sus departamentos inmobiliarios, engrasar la maquinaria de sus oficinas para que se concentren en la venta de viviendas y remozar sus páginas en internet, ahora encaran una nueva estrategia comercial: atraer a inversores institucionales extranjeros.
El batacazo del mercado inmobiliario español ha llamado la atención de diversos actores "oportunistas", como los define un directivo del área inmobiliaria de una entidad financiera nacional. Durante el último semestre de 2009, estos agentes han comenzado a llamar a la puerta de la mayoría de los bancos y cajas del país.
De acuerdo con fuentes del mercado, entidades como BBVA, La Caixa, Caixa Catalunya, Caja Duero o Caixa Penedés han mantenido contactos para realizar transacciones de activos inmobiliarios. Esta práctica, frecuente hace años, había desaparecido casi por completo por el crash del mercado español.
Segunda residencia
"En Caixa Catalunya destinamos una parte de la cartera inmobiliaria a inversores institucionales extranjeros" explica Pol Clota, director comercial de la división inmobiliaria de la caja. "Aunque siguen preocupados por el estado de la economía española, les sigue atrayendo mucho la segunda residencia en todo el arco mediterráneo".
Respecto a la concreción de transacciones comenta que han tenido "muchas entrevistas" en los últimos meses y que ya han logrado sacar adelante un par de operaciones, en las que tan sólo faltan pequeños detalles contractuales.
La variedad de inversores interesados es amplia. Hay fondos de inversión de Estados Unidos que, además de comprar activos, también están dispuestos a comprar deuda de constructoras (como ocurrió con Colony y Orion en Colonial), sociedades holandesas y francesas que buscan urbanizaciones para realizar alquileres con opción a compra y hasta clientes de Israel que demandan oficinas y centros comerciales.
Apuestas arriesgadas
Lo que caracteriza a los inversores, según Enric Venancio, director general de Revalua, la filial inmobiliaria de Caixa Penedés, es su gusto por el riesgo. "Están dispuestos a poner el dinero en promociones o suelo donde otros no lo harían, porque saben que pueden obtener una alta rentabilidad". Este directivo también explica que en estas transacciones en ocasiones se sondea la posibilidad de que la entidad financiera vendedora financie parcialmente la compra.
Las cajas de ahorros son las que más activos inmobiliarios han acumulado, el 75% del total, cuando su cuota de mercado es del 50%. De forma conjunta tienen inversiones en ladrillo, ya sea de forma directa e indirecta, por valor de unos 32.000 millones.
De acuerdo con las diversas entrevistas mantenidas por este directivo, los inversores muestran predilección por los productos acabados, aunque también buscan diversificar su cartera con suelo y obras en curso. Su preferencia también se decanta por conjuntos de viviendas (urbanizaciones, edificios de apartamentos), antes que por inmuebles individuales.
Consulta el stock de vivienda de nueva construcción disponible en tu comunidad