La mejor tecnología distingue a la tercera generación del Audi A8
La ambición de la marca alemana se refleja en la electrónica que incorpora este coche, casi de ciencia-ficción
Desde hace algunos años, en España el Audi A8 se ha convertido en la elección perfecta de muchos empresarios y políticos. Al parecer de algunos, su imagen es menos ostentosa que la de Mercedes y menos agresiva que la de BMW. Ahora llega la nueva generación, que al igual que sus antecesores está construido íntegramente en aluminio. Esto favorece la reducción del peso y por tanto una disminución del consumo y una mejora del dinamismo. Su diseño roba elementos del A4 y A5, haciendo que su aspecto sea bajo y redondeado, aunque no particularmente novedoso. Ya se sabe que en este tipo de coches las grandes novedades no están en el diseño (excepto cuando salió el BMW Serie 7 de 2001), sino en su tecnología. Además de mecanismos ya muy comunes como el Stop&Go y los asientos con regulación eléctrica de múltiples funciones, lo más impactante es un nuevo touchpad, similar al de un portátil.
Si el usuario no quiere seleccionar un destino girando y presionando el nuevo mando del sistema MMI, entonces puede escribir el nombre del destino en el navegador o el de un número de teléfono en el touchpad cercano al selector del cambio, y el coche lo reconocerá; tiene memorizados más de 25.000 caracteres en su memoria en múltiples idiomas. También hay otros sistemas tecnológicamente muy avanzados, como el de visión nocturna, con reconocimiento de peatones, cámaras de aparcamiento, un sistema de sonido Bang & Olufsen La estructura y carrocería de aluminio favorece mejores prestaciones que sus rivales de acero, y es un 24% más rígida que su predecesor. El nuevo A8 es enorme: ahora 5.137 mm de largo, 1.949 mm de ancho y 1.460 mm de alto, desde 5.062/1.894/1.444 mm, lo que significa que es más largo y ancho que cualquier rival. El suntuoso interior sigue unas líneas de trazado elegante y un acabado que combina ajustes milimétricos y detalles de virtuosismo artesanal. El cambio Tiptronic de ocho relaciones suministrado por ZF es un desarrollo completamente nuevo. Se puede controlar mediante levas en el volante o mediante un sorprendente selector de cambio de inspiración náutica conectado electrónicamente con la caja de cambios. Una vez elegida la posición mediante un suave toque (P, N, D o R) el selector vuelve al punto central. Lo más llamativo desde el punto de vista técnico es su conexión en red con los datos de la ruta, suministrados por el sistema opcional MMI navigation plus. Con ello, el mecanismo incluye en su estrategia de cambios de marcha las curvas o las incorporaciones de la ruta. También las luces tienen en cuenta la entrada en una autopista o la llegada a un cruce.
En su lanzamiento habrá tres propulsores disponibles, un gasolina V8 4.2 litros de 371 CV, y dos diésel, un V6 3.0 litros de 250 CV y un V8 4.2 litros de 351 CV. Todos los motores reciben combustible por inyección directa y su consumo se ha reducido en un 22% respecto a sus antecesores. El motor diésel V6 acelera de 0 a 100 km/h en 6,6 segundos y su consumo es de tan sólo 6,6 litros a los 100 km.
Es posible seleccionar un destino escribiendo sobre la pantalla con el dedo. Con los datos del navegador, se adapta el cambio y la iluminación
Desde la marca proclaman que tendrá el comportamiento más deportivo de su categoría. La tracción integral es de serie en las tres versiones anunciadas. Es posible montar un diferencial autoblocante deportivo, para distribuir más eficazmente la fuerza motriz entre las ruedas del tren trasero. Es de serie en el 4.2 TDI y opcional en el V8 de gasolina. También es de serie la suspensión neumática, además de una dirección dinámica opcional, con desmultiplicación variable. Como en otros modelos de la marca, está presente el Audi Drive Select para elegir entre la posición auto, comfort y dynamic. El conductor puede crear un cuarto modo, denominado individual.
Rivales con motor V12
Audi aún no ofrece en su nueva generación una versión de 12 cilindros, un alarde tecnológico del que sí disponen sus rivales germanos. El nuevo BMW 760i de 12 cilindros biturbo desarrolla 544 CV. Si un 750i biturbo de 408 CV ya es una berlina con unas prestaciones prodigiosas (0 a 100 km/h en 5,2 segundos), qué se puede decir del 760i. Tiene más caballos que un M5, y va tan absolutamente sobrado de potencia y par (750 Nm desde 1.500 rpm) que en cierto modo no tiene mucho sentido. Por eso es lógico que el principal mercado para los Serie 7 V12 sea China.Con el Mercedes S 600 pasa lo mismo. Su V12 biturbo desarrolla 517 CV, con un par máximo de 830 Nm. Su cambio es de cinco velocidades, porque los modernos cambios de siete marchas no aguantan tanto par motor.