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Santos Llamas y Julio Fermoso

Los padres de la caja castellana

Tras catorce meses de negociaciones, esta semana los presidentes de Caja Duero y Caja España se ponían de acuerdo para crear un gigante financiero castellanoleonés.

Los padres de la caja castellana
Los padres de la caja castellana

Uno, neurólogo de Valladolid; el otro, aparejador y constructor de León. A los presidentes de Caja Duero y Caja España les une su vocación de castellanoleoneses y su dedicación a la sociedad. Razones que finalmente han impulsado el proceso de fusión de ambas entidades, que dará como resultado la octava caja de ahorros española, con unos activos aproximados de 50.000 millones de euros.

Han sido 14 meses de negociaciones y tensiones. Muchos salmantinos se echaron a la calle para rechazar la fusión, en una protesta que al presidente de Caja Duero, Julio Fermoso, le recordó sus tiempos de rector de la Universidad de Salamanca, cuando los profesores protestaron por el traslado al campus Miguel de Unamuno, uno de los proyectos por los que se le recuerda. En todas las situaciones, este experto en el sistema nervioso ha pedido tranquilidad y paciencia.

Para Santos Llamas, presidente de Caja España, la encomienda de fusión ha coincidido con la crisis del sector inmobiliario en el que operan sus empresas. Algo que no le ha impedido volcarse con la operación, aseguran sus amigos.

Julio Fermoso, de 61 años, es un personaje muy conocido en Salamanca. Entre 1986 y 1994 fue rector de la institución que da marca a la ciudad, la Universidad. Nació en Medina del Campo (Valladolid) donde su abuelo era el jefe de estación, pero con tres años, al emigrar su padre a Venezuela, se trasladó al pueblo materno de Cembranos. Fue bachiller en León y allí, probablemente, se aficionó a la medicina después de ver a tantos enfermos de tuberculosis en el sanatorio donde un tío paterno era capellán. Estudió la carrera en Valladolid, ciudad en la que dio sus primeros pasos como médico y donde nacieron sus hijos.

Inaugurada la democracia, se marcha a Marsella (Francia) a formarse como neurólogo. Desde el país vecino, vivía los acontecimientos en España con pasión y recuerda que vino a votar el referéndum con su Renault 5. En 1979 ganó la cátedra de Medicina en Salamanca, ciudad en la que reside. "Se puede ser castellano y también leonés", recogía una semblanza.

Sus años de rector empezaron con la apertura a Europa, el desarrollo de la relación universidad-empresa y las redes de colaboración con universidades iberoamericanas. Fuera de la universidad, Fermoso tuvo que hacer frente a las reclamaciones judiciales de la Sociedad Española de Neurología (SEN) por considerar irregular su nombramiento como jefe de servicio de Neurología en el Hospital Universitario de Salamanca en 1996 y su colocación como catedrático especialista de área del mismo hospital en 2002. El responsable de los dos nombramientos fue Ignacio Berdugo Gómez, sustituto de Fermoso en la Universidad de Salamanca.

Como rector, Fermoso propició las relaciones con Caja Duero, la entidad en la que aterrizaría en septiembre de 2003 de la mano de Sebastián Battaner, una autoridad en la caja. Julio Fermoso, que hacía unos meses había perdido a su esposa, solicitaba "paciencia y aceptación". Han sido dos mandatos diseñando la estrategia de la caja del siglo XXI, incluido un plan de participaciones industriales. El pasado marzo renunció a sus responsabilidades ejecutivas, en favor del director general, Lucas Hernández, con el que ha tenido sus diferencias. Despejado el camino para la fusión, Fermoso ha asegurado que no entra dentro de su experiencia vital asumir la presidencia de la nueva entidad.

También Santos Llamas explicaba estos días que la presidencia del gigante financiero castellanoleonés nunca estuvo entre sus pretensiones. El presidente de Caja España es reconocido en su ciudad por su labor al frente de la Fundación Carriegos, que promueve la rehabilitación de discapacitados a través de la terapia ecuestre. "Es una persona muy generosa", dice Francisco Álvarez, subdelegado del Gobierno en León y gran amigo.

Esa vocación nace de un origen humilde. Santos Llamas vino al mundo hace 61 años en Cea, una población cargada de historia. Le tocó vivir las carencias y necesidades de la España de los años 50, lo que unido a su afición a los caballos explica su sensibilidad social. Estudió con beca, primero tornero y luego arquitectura técnica en la Universidad Laboral de Sevilla. Al concluir el servicio militar, trabajó en Construcciones Panero Buceta como aparejador, dirigiendo obras como el edificio Condesa de León. En 1978, se estrenó como profesor de Tecnología de Delineación de Formación Profesional. Llega un momento, sin embargo, en que la faceta de empresario le absorbe y se concentra en sus negocios. Su currículum empresarial incluye operaciones de compra de la Clínica San Francisco de León, Lagun Air o el grupo constructor Carriegos. Además, preside la Agrupación Leonesa de Empresarios de la Construcción (Agelco). En 2005, la Federación Leonesa de Empresarios (Fele) le nombró empresario del año. En la ceremonia, el presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, le definió como "un hombre de raza que se ha abierto camino al progreso". Un año después, llegó como candidato de consenso a la presidencia de Caja España.

Como constructor y promotor, sufre actualmente los estragos de la crisis. De hecho, tiene operaciones con Caja España por importe de 42 millones de euros, según el Informe Anual de Gobierno Corporativo de 2008.

Santos Llamas está a punto de ser abuelo por segunda vez. La familia -está casado y tiene dos hijas- es su refugio. No perdona la partida de tute y el aperitivo de los domingos. Donde mejor se encuentra es hablando con gente sencilla, con los amigos de su pueblo o el de su mujer, en la comarca de la Sobarriba, al que se siente muy vinculado. Lo importante es no olvidar las raíces.

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