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El modelo anglosajón, ¿alternativa?

La crisis de Díaz Ferrán abre el debate sobre el modelo de patronal

Cada vez más voces claman por una profunda reforma de las estructuras de CEOE, sea quien sea su presidente.

Durante muchos años se dijo que a la CEOE le faltaba un empresario, y ahora que lo tiene, pedimos que se marche por el fracaso cosechado en una de sus empresas", así resume un experto en derecho laboral la situación por la que atraviesa la patronal desde que se decretara el cierre de la aerolínea Air Comet, presidida por Gerardo Díaz Ferrán, a su vez jefe de los patronos españoles.

Nada más estallar la noticia se ha abierto un debate que trasciende más allá del hecho de una compañía que cesa en su actividad y de si debe un empresario en esa tesitura continuar al frente de la gran patronal nacional: ¿Cuál es el mejor modelo de patronal? Las fuentes consultadas responden que "depende del régimen de funcionamiento por el que se quiera optar". La CEOE tiene en la actualidad un sistema de gestión en el que el máximo responsable de la organización es su presidente, con plenos poderes ejecutivos. æpermil;ste es un modelo que comparten países como Francia o Italia, con fuertes patronales nacionales lideradas tradicionalmente por empresarios de las grandes compañías nacionales. "Son organizaciones empresariales con gran influencia porque sus sistemas de negociación colectiva se basan en la suscripción de convenios generales o sectoriales, tal y como ocurre en España", afirma un catedrático de Derecho Laboral.

A este modelo, que los expertos catalogan como europeo-mediterráneo, se contrapone el denominado sistema anglosajón, vigente en EE UU y Reino Unido.

En estos países, la patronal como se la conoce en España no existe, se trata de lobbies que se dedican a defender los intereses particulares de un sector económico ante todos los poderes del Estado que ellos consideren necesario. Suelen funcionar como organizaciones donde el presidente tiene un carácter meramente representativo y es la figura de un director general o un comité de directivos quien se encarga de la gestión ejecutiva de la asociación. Además, en el mundo anglosajón el término lobby no tiene el carácter peyorativo que se le ha pretendido dar en Europa. "Son organizaciones que no esconden que su objetivo es defender los intereses económicos de sus asociados", aseguran desde uno de los principales think tank españoles.

La negociación colectiva en estos países se fundamenta en convenios de empresa, y no de sector, ya que las características de una compañía no tienen por qué coincidir con los de otra que se dedique a su misma actividad. Una de las integrantes de la locomotora europea, la economía alemana, toma elementos de un sistema y otro. Cuenta con una patronal, pero con un presidente puramente honorífico.

El problema de CEOE, según coinciden todas las fuentes consultadas, es que no ha variado ni un ápice su compleja estructura interna y, según han denunciado algunas de las asociaciones que la integran, "cada vez nos sentimosmenos representados por la cúpula porque losmecanismos por los que se elige al presidente no han evolucionado y, lo más importante, no se han respetado las reglas del juego".

Al hablar de reglas de juego, una de las personas que mejor conoce el funcionamiento de la patronal tras haber estado vinculado al primer sindicato de este país durante 30 años se refiere al "pacto de autarquías compartidas" que tan buenos resultados dio en la era Cuevas.

Pacto tácito

"Ese régimen se basaba en que Cuevas era el único interlocutor reconocido y respetado para tratar con el Gobierno y los sindicatos y, después, las organizaciones territoriales o sectoriales de la CEOE podían hacer lobby como consideraran oportuno en sus ámbitos de actuación". "En resumen: todo se regía por el yo nomemeto en tu labor, tú respeta la mía", añaden estas mismas fuentes. Con la llegada de Díaz Ferrán a CEOE buena parte de ese pacto tácito salta por los aires. Los mandos intermedios se sienten desautorizados en su labor y las asociaciones sectoriales ven cómo el presidente nacional asume poderes hasta entonces reservados a ellas, recuerdan fuentes de la propia organización.

Así, con una organización minada por las luchas intestinas, la crisis de Air Comet se antoja para algunos expertos consultados como la excusa perfecta para abordar la renovación interna que necesita la CEOE.

"El problema de Díaz Ferrán en la patronal es anterior al estallido del cierre de la aerolínea y trasciende más allá del debate sobre si el líder de la patronal española debe ser un gestor profesional (como lo fue JoséMaría Cuevas durante 23 años) o es preferible que cuente con un perfil más empresarial, como ocurre en la actualidad", sentencia un antiguo líder sindical buen conocedor de las estructuras internas de CEOE. No obstante, bien es cierto que probablemente el debate no se hubiese desatado de forma tan virulenta si no hubiese coincidido con el intento por reconducir el fallido diálogo social con los sindicatos.

¿ómo va a negociar con las centrales sindicales un nuevo marco laboral en materia de contratación o despidos alguien que acaba de dejar en la calle a centenares de trabajadores?, se preguntan sus críticos. Pues bien, los expertos conocedores de los fundamentos de las relaciones laborales en las grandes economías del mundo no lo ven como un inconveniente.

Se trata de una circunstancia atípica y más característica de los países de la Europa mediterránea, ya que en el mundo anglosajón cosechar un fracaso empresarial en ningún caso supone un estigma capaz de cuestionar la capacidad del empresario para iniciar otra actividad o seguir con cualquier otra de sus facetas profesionales.

"Si esto ocurriera en EE UU, allí no está mal visto que un empresario cierre una compañía y centenas de personas pierdan su empleo. Se valora muchomás su capacidad para crear riqueza y asumir el riesgo que conlleva toda aventura empresarial. Además, si se perdieron empleos es porque antes se generaron", asegura un catedrático de una famosa escuela de negocios.

Choques con las ymes y las Cámaras de Comercio

El duro panorama al que se enfrenta el presidente de CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, acosado por el cierre de Air Comet, es el último episodio de una serie de enfrentamientos que ha mantenido en los últimos años con la patronal de los pequeños y medianos empresarios (Cepyme) o con las Cámaras de Comercio por el protagonismo a la hora de representar a los empresarios. Las relaciones entre el presidente de Cepyme, Jesús Bárcenas, y el de CEOE nunca han gozado de buena salud, pero se han enrarecido en los últimos tiempos. En primer lugar porque Bárcenas era una persona muy cercana al anterior presidente de la patronal, José María Cuevas, y Díaz Ferrán no ha sido partidario de tener a ningún miembro de la anterior directiva entre sus ejecutivos más próximos.A eso se le han unido las duras críticas que ha lanzado contra él el presidente de Cepyme, también vicepresidente de CEOE, al acusarle de acceder de forma poco democrática al no haber sido elegido por la Junta Directiva de CEOE (fue elegido por una propuesta de los vicepresidentes) y de haber menospreciado el papel tan importante que juegan las pequeñas y medianas empresas, que representan más del 90% del tejido productivo, en favor de las grandes corporaciones.El último roce se produjo el pasado 29 de diciembre cuando Bárcenas rompió el silencio que había mantenido respecto al cierre de Air Comet y reclamó a Díaz Ferrán que asumiera sus responsabilidades. "Si estuviera en su situación, habría dimitido hace tiempo", señaló.Otro conflicto que ilustra las dudas sobre la representatividad de CEOE fue el que mantuvo durante varios años con el Consejo Superior de Cámaras de Comercio respecto a quién debía ejercer de portavoz de las empresas en los encuentros bilaterales con otras empresas extranjeras. Durante muchos años, las misiones comerciales de empresas españolas estaban compuestas por una delegación de CEOE y otra de las Cámaras, con lo que eso suponía en duplicación de recursos y en la dificultad que planteaba al interlocutor de turno a la hora de identificar quién representaba los intereses empresariales.A finales de 2006, el anterior presidente de CEOE, José María Cuevas, y el presidente de las Cámaras, Javier Gómez Navarro, firmaron un acuerdo para acudir en una sola delegación y se comprometieron a financiar a partes iguales el coste que debían asumir las empresas". En esa fecha se creó una comisión bilateral que se encargaría de velar por que se cumplieran esos acuerdos, presidida por Gerardo Díaz Ferrán.

Francia: Una presidenta entre las 300 mayores fortunas

Francia ha sido pionera a la hora de poner a una mujer al frente de la patronal Medef. De ideología ultraliberal, Laurence Parisot es la presidenta del grupo Parisot, la mayor empresa francesa del sector del mueble, heredada de su padre, lo que le ha permitido situarse como una de las 300 mayores fortunas de su país. En la patronal que preside desde 2005 están representadas 75.000 empresas, de las que más del 70% tienen menos de 50 empleados, pertenecientes a la industria, el comercio y los servicios. Parisot ha anunciado su intención de presentarse en 2010 a un segundo mandato, pese a la salida de la Asociación Nacional de Industrias Alimentarias de la patronal, en la que están representadas compañías como Danone o Bonduelle.

Alemania: Un gestor al frente de la patronal desde 1996

La patronal alemana (Federación de las Industrias Alemanas, BDA por sus siglas en alemán) está presidida por Dieter Hundt, que ocupa este cargo desde 1996 y representa un caso muy similar al del anterior presidente de CEOE, José María Cuevas. Pertenece a un gran número de consejos de administración, pero su principal cometido se limita a la gestión de la Confederación, en la que están representadas más de dos millones de empresas. Una patronal que tiene que bregar con las peculiaridades de la negociación colectiva en Alemania, como la cogestión (los representantes de los trabajadores participan en el consejo de administración), o la ausencia de un salario mínimo, que ya se ha fijado en algunos convenios como el de la construcción.

Italia: Grandes empresarios con carácter ejecutivo

La mayor patronal de Italia se llama Confindustria, en la que están representadas más de 142.000 empresas que emplean a más de 4,5 millones de trabajadores. La patronal siempre ha estado dirigida por el máximo ejecutivo de una multinacional. En la actualidad la lidera con carácter ejecutivo Emma Marcegaglia, presidenta del grupo siderúrgico Marcegaglia, con 6.500 empleados, que sustituyó recientemente en el cargo a Luca Cordero di Montezemolo, presidente de Ferrari y Fiat.

Reino Unido: Grupo de presión en un mercado poco regulado

La representación de las empresas en el Reino Unido la asume CBI, una organización sin ánimo de lucro que a través de un lobby defiende los interés de empresas grandes y pequeñas. La presidenta de CBI, Helen Alexander, presidenta de The Economist durante once años y máxima dirigente de la Autoridad Portuaria de Londres, trabaja en un mercado laboral poco regulado, en el que no hay salario mínimo o en el que no existía deber de reconocimiento de la representación de los trabajadores hasta 1999.

EE UU: Un lobby que apoya a tres millones de compañías

La principal peculiaridad del sistema norteamericano es que no existe ninguna patronal que represente los intereses de las empresas. Todos ellos los asume la Cámara de Comercio Americana, que tiene más de tres millones de asociados, de los que el 96% son compañías de menos de 100 empleados. La organización dispone de un gran número de asesores y especialistas que se encargan de negociar con los parlamentarios las modificaciones en sectores clave como energía o infraestructuras.

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